Haciendo una de esas carpetas de antecedentes que nada significan pero parecen
interesar tanto al sistema, me doy cuenta de cuántas cosas quedad fuera de esa
realidad llamada legajo. Llamo a todos a que intenten hacerlo y se darán cuenta
que es más de lo que son lo que queda afuera que lo que queda adentro.
En espíritu autoconfesional de un día agotado y r paso a detallar todo
lo que he sido que hace lo que soy.
Comencemos con lo básico:
He sido hijo, hermano, tío, padre, amigo, primo, nieto, sobrino, yerno,
suegro, novio, marido, amante, enemigo y muchos de esos roles que la sociedad
nos etiqueta y que hoy olvido.
He sido, cuando primaria acontecía, vendedor de unos muñequitos de lana
que se hacían enrollando en torno a un aro de cartón. Se los vendía a un
quiosquero conocido y a mis amigos.
He sido, en la misma época, estafador; compraba caramelos sugus y los cortaba
en cuatro con un tramontina, los ponía en un frasco y se los vendía como “pastillas
de la maldad” a un ingenuo amigo.
He sido quien se quedaba con vueltos de los mandados, a sabiendas
encubierta de los capitalistas que encargaban la encomienda.
He sido confesor de amadas inconfesadas.
He sido, en la adolescencia, despachador y remarcador de precios en un supermercado.
He sido primer novio y he sido el descanso de mujeres que añoran la juventud
perdida.
He sido albañil empleado aún en esa adolescencia.
He sido uno de los fundadores de la confederación de centro de
estudiantes secundarios
He sido militante de izquierda.
He sido luego, estudiante universitario y mientras tanto…
He sido amante obsesivo y amante desapegado.
He sido estudiante crónico y abandónico.
He sido quiosquero.
He sido estudiador de teatro, literatura, filosofía, psicología… ya no me
acuerdo qué más.
He sido vendedor de artesanías ajenas y vendedor de artesanías propias.
También artesano, por qué no decirlo.
He sido mozo de bar.
He sido fotocopiador de apuntes.
He sido preparador de sándwiches.
He sido bailarín de contemporáneo.
He sido pintor de obra y pintor (bajo sueldo) de leyendas “vote de la
Sota” cuando nadie lo votaba.
He sido formador de docentes antes de ser docente.
He sido escribidor de boludeces.
He sido actor, mimo, titiritero, guionista, dramaturgo, director y
puestista.
He sido acusado y casi excomulgado por blasfemo.
He sido remisero, corrector de textos, entre otras cosas.
He sido animador de fiestas infantiles, mimo publicitario, performances
chetas y demases.
He sido promotor de libros y escritor de otros que no me animaba a promocionar.
He sido formador de teatro y de los primeros en ser parte de la coordinadora
teatral de arte independiente.
He sido animador en un programa ómnibus de la tv local.
He sido actor en un par de cortos independientes de los cuales nunca
sabrán nada.
He sido columnista fijo en un periódico de distribución barrial en la ciudad
de Córdoba.
He sido, junto a dos entrañables amigos, creador y conductor de un
programa radial llamado “Haciéndole el amor al arte”.
He recibido un par de premios por cosas que por lo general la gente no
sabe.
He sido, finalmente y ya de viejo, docente.
He sido docente de teatro con chicos down autistas y síndrome lennox
durante cuatro años.
He sido docente de teatro de todas las edades pero de Lengua y
Literatura, sólo de 12 para arriba.
He sido posedor de un título terciaro como base y unos postítulos que tampoco
suman mucho a uno como persona.
He sido docente de terciario y, con excelente compañera de cátedra, hace
años doy las últimas prácticas.
He sido vicedirector y director de una institución hermosa (con sus pro
y sus contra, como todas).
He sido amado y he amado con tranquilidad y desenfreno.
He sido nómade por definición y actitud.
He sido feliz y sigo siéndolo, aunque esto despierte broncas insospechadas
de gente que como no es feliz, no le gusta ver feliz a otros.
Hagan su raconto y se darán cuenta de lo felices que han sido… sigan siéndolo
y dejen de hablar de los otros.