En el sueño yo buscaba y, como es predecible, no encontraba... Me perdía en una serie de habitaciones y pasillos. En esa búsqueda, combinada con el afán poético que suelen tener los sueños, yo me encontraba con ausencias que representaban presencia y personas que tenían la cara y el cuerpo de unas pero, yo sabía, eran otras...
No encontraba el cuarto... sabía que estaba cerca y no encontraba el cuarto.
Como en todo sueño de búsqueda llega un momento en el cual pienso: "estoy muy perdido, jamás voy a encontrar..." y siempre justo en eso momento llega alguien que por una razón lógica y extraña me guía a mi esperado final.
En un particular juego de cámaras que oscila entre el narrador omnisciente y una subjetiva, diviso la entrada, me acerco, abro la puerta y cuando estoy a punto de mirar adentro... suena el despertador.
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