Entre muros,
entrar y cerrar la puerta es un gesto
hermético
laberíntico
Y estar ahí,
aun a pesar de las dudas y de las deudas,
internas, externas y eternas.
Dudar,
dudar de todo hasta del alma
y estar ahí.
Llenando de palabras el silencio
y llenando de silencio las
palabras.
El mundo avanza más rápido que el río de Heráclito
y más de una vez soy Sísifo arrastrando la piedra,
sabiendo que va a caer
y la arrastrará nuevamente
sabiendo por siempre su costumbre inorgánica de reiniciarse.
Y uno está ahí,
al pie y en la cima de la misma montaña eterna en un gesto “ético”
y en un gesto estético.
Uno confía en poder capturar un instante.
Saber que esto es una violencia contra la corriente del río
y es inevitable que el río corra como que el perro se rasque
Y saber que uno es evitable
Y saber que a pesar de eso,
que a pesar de todo,
que a pesar del río
uno está ahí
confiando en algo,
confiando en un instante...
y un poco de suerte.
Me gusta este poema. Es que yo casi me ahogo en un río como ese... Dos veces...
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