El hombre caminó hacia la habitación sin demora, ni su caminata ni la
habitación tenían ni demora ni apuro y llegó a destino en tiempo y forma; el
hombre, la habitación ya estaba. Lo del tiempo es algo que a él le preocupaba,
lo de la forma no. No era de cambiar mucho de forma, no más que una ligera y
paulatina gradación ascendente en los quilos de peso en relación directamente
proporcional con los años de vida y nada más. Lo del tiempo es algo que a él le
preocupaba, ya lo dije pero ahora lo retomo porque me interesa destacar que era
de esos sujetos que no le gustaba llegar tarde… ni temprano… y para lograrlo
iba antes pero iba lento y es por esto que el hombre había caminado hacia la
habitación, en la que ahora estaba, sin demora… Por eso el circunstancial «sin
demora» adquiere valores significativos importantes no solo en la narración
sino también en la interioridad del sujeto que lo realiza. Contrario a lo que
dicen los estructuralistas, en este caso en particular, el complemento
circunstancial es bivalente porque no solo determina las circunstancias
temporales y modales en las que se da el verbo núcleo sino que también entrega
características específicas del sujeto de la acción el cual, en este caso en el
cual la oración es en voz activa, coincide con el sujeto oracional.
En definitiva, llegó rápido y sin apuro porque es una persona que mide
los tiempos y regula las velocidades de manera consciente para llegar en el
momento en el cual la cita ha sido convenida.
Es posible que esta obsesión de llegar a horario (ni antes ni después)
se haya establecido en algún hecho significativo de su niñez que ha quedado grabado en su memoria y por
eso ya no puede evitar su accionar que de manera compulsiva lo hace llegar
siempre a horario. Pero esto es una suposición sobre hechos anteriores de los
cuales no disponemos pruebas fehacientes que nos permitan separar aquellos
validos de aquellos que no lo son.
Llegó a tiempo y por eso estaba adentro de la habitación cuando Yamir detonó
el explosivo.
Muy a su pesar llegó antes de tiempo a los pies del padre eterno.
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