Déjame, por dentro y por fuera, acariciarte;
tapar de amor tus agujeros,
quemar tu piel de pollo en arrebatado
fuego
y derrama mi luz sobre tu cuerpo.
Dejarte flipando en tu sonrisa
llevarte en un tardío transporte a tu destino
y decirte gracias en un beso.
Permitime penetre hasta tu alma
y te sientas sola y desvalida
feliz de estar allí dormida
en un sueño que no quieres que se acabe.
Autorizame a que perdamos referencias
del tiempo y el espacio que nos contiene
y juguemos juntos la no existencia
de dos siluetas desnudas en tu
mi cama deshecha.
Reuncia a tu derecho de negarme
cualquier deseo de satisfacerte;
luego, consiente que me olvide
y me quite de encima
el lastre de las ganas que te tengo.
Finalmente
admite que lo quieres
que me quieres
en una libertad que nos atrapa
y entrégate al abandono de pensarme
sin contar los días que nos faltan.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario