«Profe, entonces ¿qué sería una hipérbole?»,
me pregunta una alumna.
«A ver, ¿alguna vez te dijeron que se iban a morir si los
dejabas?»,
pregunto.
«Sí», sonríe mientras me contesta.
«¿Lo dejaste?», interrogo mientras pienso que ojalá
no se quejen los padres por el ejemplo que voy a dar.
«Sí», responde mientras se le escapa una risita y una frase al
descuido «era
un imbécil»
«¿El imbécil se murió?» interrogo mientras la clase
ríe.
«No», contesta sonrojada.
«Bueno, esa es una una hipérbole. Es como una exageración,
desmesura quizás, porque ese pobre imbécil te quería y como no sabía cómo
expresarlo exageró un poco los sentimientos. ¿Lo entendés ahora?»,
digo mientras preveo su respuesta.
«Ahre» dice y yo comprendo que ella y todos los de allí no sólo
entendieron el concepto, sino que jamás lo van a olvidar. Entonces digo: «¡Cuánto
sufrimiento debiste sentir con eso!»
«¿Por qué dice eso, Profe?»
«Porque ahora debo explicar la ironía.»
Todos rieron y pasamos a otra figura del lenguaje.
Hay cursos que están hechos para uno…
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