Este texto de hoy es ese tipo de textos que por extensión, el lector
actual jamás leerá. Pero tengo un Blog (no hay gesto quizás más anacrónico que
este) porque la escritura me ayuda a pensar y no porque busque lectores que
nunca he tenido. Enunciar los pensamientos permite que las ideas entren en
esquemas epistémicos y muchas veces también, darme cuenta de las falaces que
sostenían mis argumentos; así como otras veces fortalecerlos.
De todas maneras, me queda claro que la siguiente argumentación no será
leída ni por unos ni por otros, lo que me permite la tranquilidad de expresarme
con mayor libertad.
La escritura de una entrada en un blog surge de un evento o sentimiento
que nos conmociona o nos emociona. Del primer grupo es esta.
Leo un tuit del presidente argentino que enuncia: “No se necesitan
argumentos, no es necesario dar explicaciones. Es tu autoridad, tu confianza,
tu credibilidad, las que tus relaciones valoran para acompañarte en tu
decisión. Por eso yo te invito a publicar esta foto en tus redes”.
Debo decir que el tuit me da vergüenza ajena y me apena mucho más que
haya ciudadanos que se hagan eco de una expresión tan acrítica y
antidemocrática.
Pero comencemos por el principio, porque para brindar cualquier opinión
uno debe dejar sentadas las bases sobre las cuales construye su pensamiento y
que, de alguna manera, lo justifican.
Primero me permito recordar una publicación que hice en octubre de 2015
“Ya
no hablo más de política, me parece al pedo” (posiblemente una de las pocas
que ha tenido poca repercusión, que es mucho menos que nada). Idea que continúo
sosteniendo; por lo menos dentro del concepto que la mayoría de los
publicadores seriales tienen hoy de política (mi concepto es un poco más amplio
y hago un distingo con el partidismo que es posiblemente lo que otros desean
expresar). No porque no crea en la política, sino porque frente a posturas
discursivas tan disímiles es imposible pensar en un “diálogo” tal y como debería
ser si partimos de la etimología de esa palabra.
Mi análisis de ese tuit va a ser simplemente discursivo.
Plantear la innecesaridad de argumentos y la justificación sostenida
solamente por el rol social que el sujeto ocupa cuando nos referimos a acciones
que afectan a todos es terrible e injustificada (para no decir temerosamente
peligrosa para las libertades de pensamientos). El poner el sujeto por sobre la
idea y el individuo por sobre el conjunto es insostenible desde cualquier
postura argumental, sin importar ideologías.
Tanto derechas como izquierdas y como tibios han tenido argumentadores
geniales. Las argumentaciones construidas por las ideologías generan un campo
epistémico sobre el cual se sostienen posturas e ideas. Rechazar la
argumentación es ir en contra de las ideas.
Tal vez quepa aclarar que tampoco creo en el votar por lealtad, pero
entiendo que muchos supuestos “leales” lo exclaman como parte del
pintoresquismo de una poética populista que parece haber sido heredada del
romanticismo. Cuando hablo con esos sujetos al lenguaje, me siento en libertad
de exponer discrepancias que algunas veces compartimos y otras no, pero en
donde las argumentaciones son válidas.
También me asusta la invitación, sin mediar argumentos, a realizar un
acto de habla que compromete tu accionar por el sólo hecho de… vaya uno a saber
qué.
No estoy diciendo si Macri hizo o no algo, estoy en otro esquema. Así
que si algún lector de memes y frases hechas ha sobrevivido a tantas palabras,
porfa, evítese el enfado y siga leyendo. Insisto, lo que digo es que, el
enunciado es insostenible dentro de cualquier esquema de pensamiento. Sólo se
permite un enunciado así a quien no desea pensar.
Opinar distinto (argumentalmente, uno tiene una responsabilidad
respecto a sus enunciados –responsabilidad ética-) es lo que construye una
democracia, dejar de pensar es lo que da origen a los pensamientos mesiánicos,
fundamentalistas o fascistas.
Y luego, en el tuit agrega lo del “miedo” que puede generar. Obvio que
genera miedo una sociedad obediente que publica algo sin tener razones
justificadas para hacerlo. Invitar al contagio de algo así, sin fundamento, es
invitar a que sigamos pensando que la tierra es plana.
Creo, honestamente, que hay personas que han decidido seguir votando a
Macri luego de haberlo pensado en su esquema mental y que tienen argumentos
claros (los comparta o no yo) para justificarlo y me parece que este tuit los
insulta, los considera poco inteligentes, les dice que mejor no hablen (hablar
en el sentido de pensar hacia afuera) que se cierren sobre su pensamiento y
sostengan su idea tal como el burro sostiene su rebuzno.
Me da vergüenza ajena, dije al inicio, porque creo que su representante
les está faltando el respeto.
Grey, manada; anulemos el pensamiento crítico, generemos lo mismo que
criticamos. Discursivamente es aberrante que un presidente electo diga
semejante cosa. Y vuelvo a decir, tampoco creo en la lealtad si esta es
referida a una figura y no a una idea. La lealtad a una idea quizás te haga
intransigente, pero no te convierte en un robot.
Es una semana para oír y leer palabra por palabra lo que dice cada uno,
frente a una encuesta (censo, porque nos comprende a todos y es obligatorio)
que se va a dar este domingo. Dejemos de pensar de manera bipolar y
desconstruyamos los discursos que el pez por la boca muere cuando está tan ávido
de carnada.
Yo seguiré pensando que es esencial desde la escuela enseñar a analizar
los enunciados, los de afuera y los de adentro de toda institución educativa.
Funcionar siempre con un relativo de desconfianza.
No apoyo los seguimientos ciegos ni los enunciados vacuos.
Pero es sólo una opinión de lunes a la tarde.