No soporto al fanático, el fanático es incapaz de
argumentar o dar razones y puede justificar hasta las cosas con las cuales está
en contra. Por eso he adherido de por siempre al pensamiento crítico regido por
una ética personal. Para ejemplo, quizás uno bueno, es el de Bielsa dejando que
el contrario haga un gol porque consideró que fue injusto el gol que su equipo
había realizado. Los bilardistas que no hayan muerto de un ACV cuando vieron
eso, están aún sin entenderlo o diciendo que fue una estupidez. Para algunos,
ganar es lo único que importa y no hay razones éticas ni humanitarias que deban
ser consideradas. No puede haber pensamiento más liberal que ese; subamos,
pisemos cabezas, el otro no importa, ganar es la esencia.
En definitiva y a lo que voy, el fanático no piensa,
no razona y, obvio, no es crítico. En política, los argentinos tenemos una
historia muy de fanáticos; desde 1955, quizás, mucho más virulenta que en otros
lares (quizás no). Estos últimos años fueron los macristas quienes sacaron su
odio a pasear y no entendieron de razones ni argumentos, lanzando frases de un
espanto ético intolerable; a fines del 2019 la violencia de algunas expresiones
asustaron a muchos (me incluyo). La famosa grieta está sostenida por uno sólo
de sus interlocutores; es más, fue visible como calmaron su voz los
interpelados por este discurso en este último año. Sabia decisión a mi parecer.
El peronismo se unió en un todo heteróclito, como ha
sido siempre creo; ya que no es propiamente una ideología, sino un movimiento
popular capaz de albergar a un Lope Rega o a un Willam Cooke. La legitimidad
del peronismo está justamente en eso, en ser un “movimiento” y en ser “popular”.
Por lo general, quienes tenemos una idea que podríamos llamar (haciendo uso del
simplísimo lenguaje politiquero) de “izquierdas”, apoyamos y creemos en muchas
de las acciones que el peronismo de base (no el de élites) realiza cuando llega
al gobierno. Para dar un ejemplo en lo cotidiano, con un peronista puedo
discutir, hablar, confrontar y seguir tomando tranquilos una cerveza. Con la
derecha de base, no, no puedo; lo he intentado y realmente se me hace difícil
(si no imposible).
Pero ¿a qué viene todo esto?
A que algunas veces, en el afán de mostrarse unidos,
los peronistas son capaces de comerse los sapos más gelatinosos o más
envenenados. Créanme que entiendo, que para volver había que aceptar en las
filas gente que no comporta la idea de que “la patria es el Otro” (concepto al
que adhiero completamente); es una actitud bilardista que la comprendo aunque
no la comparta. Pero creo también que corresponde controlar ese agente y
demandarle, como base, como grupo, cada vez que se aleja de la idea social que
sostiene el peronismo de base.
Vivo en Santa Fe (provincia) y últimamente me
encuentro oyendo o leyendo amigos defender lo indefendible. Apoyar acciones que
si las hubiera aplicado otra persona le hubieran saltado al cuello; acciones
que se alejan mucho, muchísimo, de la idea peronista y están mucho más cerca de
la derecha. Entiendo que apoyan porque temen que el fascismo internacional
(léase: trump, bolsonaro, etc. no los puse en minúscula por error de tipeo) al
ver una sola fisura quiera aprovechar y volver a tomar el poder. Pero ese
apoyemos al peronista sólo por ser peronista nos ha llevado al menemismo y con él
al período neoliberal más horrible de nuestra historia.
Posiblemente yo sea corto de entendederas y no vea lo
social en ciertas acciones y deban ustedes explicarme. Pero en privado he
discutido con alguno de ustedes y están tan desconcertados buscando razones
como yo enojado con las acciones.
Sobre todo, principalmente, porque creo que el gobierno
nacional tomó el rumbo que todos esperábamos. Enfrentando al neoliberalismo de
recortes y corrigiendo errores anteriores. Nada que agregar más que alegría lo
que está sucediendo a nivel nacional. Pero acá en Santa Fe, parece otro cantar.
1) Extensión de los pagos a los agentes activos.
Algunos cobran el 15 de enero. Lamento decirles que eso es indefendible; es
ilegal; como era ilegal no respetar la paritaria nacional docente.
2) Hacer desaparecer el ministerio de ciencias, tecnologías
e innovación. O lo que es peor (en el plano conceptual), fusionarlo con el
Ministerio de Producción. Piensen el sentido y el valor que se le da.
3) Demorar los pagos a los proveedores de los
comedores escolares. Ahí no tienen forma de defenderlo.
4) Primera acción de la ministra de educación
(designación que no ha sido del agrado de muchos de nosotros) es revisar el
ausentismo docente. Yo estoy de acuerdo que ese es un clivaje importante para
ver, sin embargo mientras en el orden nacional vuelven a lanzar las compus y el
plan de lectura (comprendiendo que la educación no es gasto), en la provincia
demoran los pagos hasta la ilegalidad y se ponen a ver cómo ahorrar en
reemplazos. Si a ustedes les parece una medida lógica, porfa expliquen el porqué.
Y a qué iba con lo del fanático. Que de pronto me
encuentro conversando con gente con quienes tenía un gran dialogo y hasta
enriquecedor que se niegan a poner sobre la mesa estos temas; o lo que es peor,
los defienden.
Vuelvo a insistir en que quizás sea mi incapacidad de
comprensión o mi falta de recursos intelectuales para entender el camino.
Vuelvo a insistir, el camino que toma nación no sólo
lo entiendo sino que hasta lo comparto.
Vuelvo a insistir, si no somos nosotros los que
presionamos cuando vemos que el camino se desvía, no lo va a hacer nadie (a la
derecha le gusta esto de recortar en educación y en ciencia, ¿qué sigue
luego?¿salud?)
Vuelvo a insistir, si alguno de ustedes puede darme
razones, argumentos (todo lejos del fanatismo) estoy, como siempre, dispuesto a
oírlos y tratar de entender.
Creo en el diálogo y en el pensamiento crítico; no, en
el apoyo incondicional.
He dicho.
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