Se aproxima, bella y sonriente, con esas sonrisas de quien tiene
algo que contar. "Quién pudiera leer tanta belleza", pienso mientras
la veo venir.
-Por fin encontré
algo de tu querido Borges que me gustó.- declara contenta consigo.
-"Instantes"
no es de Borges.- enuncio sin pensar siquiera lo que digo.
-Algunos
prejuicios tienen la validez de un juicio, aunque debo evitarlos.
-Y vos qué sabés
si es o no de Borges ¿vos leíste todo lo que escribió?
Pienso en la infinidad de entrevistas,
textos póstumos y etcéteras con los que la señora Kodama solventa el pasar de
sus días como una Yoko Ono argentina y respondo.
-No, seguramente
no. Pero de ese texto, además de no corresponderse con el estilo y la temática
del ciego, se habló mucho.
-A sí...- expresa
con sorna -seguro que vos sabés más que Internet.
-No, no sé más.
Sólo soy menos mentiroso.
-A mí no me
importa. A mí me gusta y listo.
-No me molesta que
te gusta, está todo bien... Pero no es de Borges.
-Entonces sigue
sin gustarme Borges.
-Entonces seguís
sin haber leído Borges.
-Entonces, andá a
cagar.- y dicho eso se marchó.
Se fue, bella y enojada, con ese rictus de
quien no quiere ya hablar conmigo. "Quién pudiera leer tanta belleza",
pienso mientras la veo irse.
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