Leo en la publicación de una amiga una persona decir
que el problema es «la educación», que se está aprobando a todos, que no hay
nivel y toda esa sarta de frases hechas que oímos constantemente y de las que
nadie puede dar una prueba fehaciente pero que todos repiten porque está de
onda decir boludeces sobre la educación.
¿Y quiénes hablan? Habla el comunicador social, que
por cómo se expresa bien podría volver al colegio; lo dice el padre que sería
incapaz de ayudar a su hijo en la mitad de las actividades que trae del
colegio; lo dicen políticos que recomiendan educar a cintazos y demuestran un
bagaje cultural que hacen a uno tener tantas ganas de darle con el cinto cada
vez que hablan y, lo más triste, lo dicen los docentes crédulos de un discurso
mediático e incapaces de salir de su yoica respuesta de «yo lo sé, lo deben
saber todos».
En una reunión escolar declaro: me reuní con los amigos
de mi promoción y estoy seguro que no aprobaría ni a la mitad de ellos si
fueran mis alumnos; dejemos de decir boludeces, los alumnos de hoy no salen tan
mal formados como dicen los medios. Me miraron desconcertados, creo que
algunos, por suerte, lo pensaron… otros no.
Propongo a todos un desafío; junten a su promoción
completa, que no falte ninguno para ese evento «y que no se preocupen por lo
regalos». Siéntense en una silla y pónganse a solucionar pruebas al azar de las
distintas disciplinas de quinto año del secundario. Sí, esas mismas
evaluaciones que ustedes dicen que son muy fáciles y que aprueba cualquiera… ¿quién
se anima?
Bueno, sumen a eso que ahora tenemos una población
(por suerte) mucho mayor. Y aprueban en esa educación tan mediocre y tan falta
de cintazos que ustedes (muchos seguramente desean la vuelta del servicio
militar para que se les haga hombre su hijo) muchos más que los adultos porque critican
pero seguramente no serían capaces de superar el 70 % de las evaluaciones.
Saquémonos las caretas…
¿La educación está en crisis?
Sí, por supuesto. Acá y en cualquier lado de este
bendito mundo.
¿Dónde hay menos problemas?
En dos sitios: en los países en donde la distribución
de la riqueza no es tan desigual o en los países que están dispuestos a dejar
fuera de la educación a una franja muy importante de su población. No hay otra
alternativa: o lo uno o lo otro; optar por uno de esos lados es optar por una
política.
Sería importante pensar que todos los que quedan
afuera del sistema educativo se convertirán inevitablemente en esas horrorosas estadísticas
de inseguridad que tanto los asustan.
Seamos por una puta vez honestos; me he recibido con
personas que no han leído un solo libro en todo su pasar por el secundario, que
serían incapaces de la mínima abstracción y que sin embargo están vivos, son
buena gente y capaces de muchas cosas.
Siempre cuando llegamos a esta parte de mi argumento
está el idiota que sugiere: «entonces el colegio no sirve para nada». Otra
estupidez que solo comprenden los que han hecho estudios más allá de la
secundaria.
Los estudios son puertas, te brindan un colchón
cultural sobre el que podés operar para adquirir nuevas cosas; pero a aprender,
se aprende en la función. Se aprende a ser maestro pero a ser maestro se
aprende dando clases… y bueno, luego de eso vienen toda una serie de opciones
éticas que cada uno decidirá y que es muy largo para tratar acá.
¿Qué da la educación?
Un tramado de textos, palabras y discursos… y un
comportamiento y un valor al saber y muchas cosas más que son imposibles de ser
enunciadas en un solo sustantivo.
Pero está de moda decir que la educación es una mierda
y, ya que estamos, digámoslo… sin un argumento legítimo, basados solo en
prejuicios… o lo que es peor, solo por el hecho de que no coincide con la
nuestra.
Y en ese decir por decir sin siquiera pensar lo que se
está diciendo se hace mucho daño, se juega a favor de un sector de gente que
piensa que la solución radica, como dijimos, en dejar afuera a muchos (creo que
deberías darte cuenta que ese «afuera» te incluye).
Insisto, vos elegís; pero pensá antes de hablar.
Después, volvé al colegio, pedime una evaluación y sentate a hacerla, tenés 80
minutos para demostrar tu valor…
¿Eso querés? ¿más exigencia ahí?
Mis hijos han sido capaces de enseñarme muchas cosas,
no porque su escuela fuera mejor que la de tus hijos sino porque he sabido
escucharlos.
Agradecería a esos padres, que meten fichas en contra
de la escuela constantemente, piensen que, en realidad, a quien perjudican es a
su hijo. Le están quitando valor a muchos aprendizajes que ustedes ni
siquiera soñaron tener.
¿Que hay problemas y aún falta mucho por hacer?
Sí, por supuesto… pero ¿qué este es el camino?
Sin dudas, por más contradicciones y dificultades que
encontremos; comenzaremos a desandarlas, pero este es el camino…
¿Te queda alguna duda?
Bueno, deja de confiar en los medios y en los
discursos de bar y quitátela… averigualo por vos.