– Sí, sí; es
así.– bala el auditorio.
El sacerdote
de lo nuevo
vuelve con
lo viejo
y vaticina apocalípticos
destinos.
– Sí, sí; es
así.– bala el auditorio.
Si hasta
parece contento
de decir «sí»
a tanta premisa
de futuro
desastroso.
– Sí, sí; es
así.– bala el auditorio.
Nunca
entenderé la vocación
de San Juan
que tienen las ovejas.
– Sí, sí; es
así.– bala el auditorio.
Y contentos
van hacia su amo
a que
esquile su destino,
temerosos de
apocalípticos Otros.
– Sí, sí; es
así.– bala el auditorio.
El sacerdote
de lo nuevo
vuelve con
lo viejo.
Y yo ahí
sentado,
cumpliendo
con formalidades que no quiero
escuchando
apocalípticos infiernos
en boca de chamanes
del prejuicio
que se
esmeran en vaciar cabezas vulnerables.
– Sí, sí; es
así.– bala el auditorio.
Y yo ahí
sentado…
no hago nada…
Yo / aún sin fueros/ no haría lugar, por improcedente, a esa sentencia suya de que no está haciendo algo.
ResponderBorrarEs posible que sí esté haciendo, y que además, esté inspirando a otros.
En cualquier caso, ya con no balar, estaríamos ante un interesantísimo gesto (de acción y de inspiración).
Saludos (sin jurisprudencia).