Leo un debate sobre la Educación en el sitio de Casa Rosada y me ponía
a pensar algunas cosas, esos pensamientos boludos de viernes:
Que la sociedad argentina debata y discuta posturas políticas es
hermoso, pone en manifiesto la esencia de la democracia; pero deberíamos ver,
analizar, qué es debatir y qué es hablar al pedo:
1) Todo el
mundo se cree con la capacidad para hablar de educación. Algunos incluso
demuestran su misma incapacidad en su forma de escribir pero eso no parece importarles.
a. Se debe debatir sobre cosas que se
conocen medianamente para evitar caer en enunciados que son solo prejuicios
infundados.
2) En ese
debate había unos pares de comentarios interesantes y el resto son repeticiones
de pancartas televisivas. Yo pienso: ¿Qué tiene que ver los planes sociales, la
plata robada, Julio López e YPF con la educación?
b. Si van a debatir, que la palabra ajena
sea una cita y no la sustitución de la propia.
3) Los que
siempre se quejan de no poder expresarse son los más agresivos y sin dar
argumentos acusan de partidistas a cualquiera que vea algo positivo en la
gestión anterior, luego los insultan de muy mala manera y finalmente dicen ser
a-políticos… marche un psicólogo urgente.
c. No existe la postura a-política, el
no creer en la política es una postura política. Quien no entiende eso, no
debería hablar de ningún tema porque no es consciente de lo que está diciendo.
4) Si la
educación va hacia donde dicen esos comentaristas de este gobierno, ya mismo me
estoy preocupando de lo que pueda llegar a pasar. ¿Dónde puedo sacar un crédito
para poner una verdulería?
d. No puedo fundar una idea de educación
si no comprendo la globalidad de los actores y elementos involucrados. No vamos a hilar fino porque es muy largo y hay gente
que aunque no lo entiende sigue hablando.
5) Me
molestan los fundamentalistas K porque muchas veces repiten algunos enunciados
pero siempre tratan de argumentar. En cambio la intolerancia irreflexiva de los
pro es insoportable.
e. El fundamentalismo, en esencia es
irracional. No se puede discutir con un fundamentalista porque sus razones son
individuales. De todas maneras hay “fundamentalismos” soldarios que manifiestan
un interés por el otro y “fundamentalismos” de mierda, que sólo les interesa su
propio culo, su cuenta bancaria, el compañerito tonto en el colegio de su hijo.
6) Algunos
enunciadores son muy respetuosos y son agredidos y acusados de un modo
irracional y fanático por gente que evidencia no tener ni idea del tema ni
mucho menos de cómo se escribe.
f. El fanático no entiende razones ni
argumentos, sólo sabe agredir. El fanático no sirve a ninguna causa… a no ser
que esa causa carezca de argumentos.
7) Amo la
gente que se apasiona por lo que hace y lo defiende a muerte pero me gustaría
decirle… hablar con ciertas personas es al pedo, no entienden, no les da la
cabeza a menos que se lo digas desde un televisor.
g. La democracia se sostiene en las
palabras encontradas. Opinar distinto de un gobierno no es desestabilizador, es
necesario, es el parate, es la pausa reflexiva que necesita toda sociedad. No
hay gobierno democrático que se pueda sostener sin oposición… a menos que no
sea un gobierno democrático. O sea, apoyar a un gobierno incondicionalmente
diciendo si les va bien nos va bien a todos es una pelotudez absolutamente
irreflexiva.
8) Soy capaz
de soportar a una persona que opina lo contrario que yo pero siempre y cuando
argumente de manera fundamentada y racional.
h. La argumentación es eso, un conjunto de argumentos; no axiomas ni
prejuicios ni ese supuesto e infundado “sentido común”. Los argumentos deben ser
análisis de la realidad… todo lo demás es sólo “ruido y furia”.
9) La
relación causa-consecuencia tiene sus límites lógicos… hay gente que no
entiende eso.
i. No se puede extraer una consecuencia
de una causa que no tiene relaciones vinculantes con su consecuente. Que José
López (la novela del momento) afane de manera tan pintoresca no desmerece el
plan conectar igualdad. Yo sé que esto, algunos no lo entienden, pero estaría
bueno que se laven un poco la cabeza.
10) Me molesta
la gente que no se toma la molestia de chequear la información.
j. Es lógico que manejemos informaciones
obtenidas no de manera directa, no podemos vivir todas las situaciones; pero,
para poder confiar en una información esta debe ser sometida a un cruce de
fuentes que la sostenga. Esa es la vital diferencia entre una opinión y una
fundamentación.
11) No me
parece inteligente pensar que un elemento contingente y descontextualizado
pueda servir de argumento: “a mi hijo, cuando estaba en el colegio, una maestra
le…” es sin dudas el inicio de una falacia.
k. Las situaciones particulares son
ejemplos parciales que no sirven para extraer valores universales. Recordemos
la lógica del pensamiento inductivo y nos daremos cuenta: “Mi gallina pone
huevos, las gallinas ponen huevos; por ende todos los animales ponen huevos”…
eso es una huevada, no un pensamiento. Está bueno salir, cada tanto del propio
pupo.
12) No
entiendo por qué, que otros estén peor puede servir de argumento para que yo
deba conformarme y aceptar lo malo que me toca.
l. Ese argumento es de lo más infundado,
como cuando las madres instan a sus hijos pequeños a comer alegando que hay
gente que se muere de hambre… yo no entiendo, ¿de qué manera va a salvar a esa
persona la alimentación de su hijo? Bueno, entonces tampoco es racional que uno
deba conformarse con un salario bajo porque hay salarios peores.
13) Hay
gente que no comprende que los datos están insertos en un contexto político y
su significado sólo puede surgir del análisis global y no particular.
m. Si una persona paga 1000 % de aumento
en los servicios (incluyendo nafta y alimentos), es un dato; que los pueda
pagar o no es irrelevante pero que el mismo gobierno descuente los impuestos y
retenciones a las mineras y grandes agropecuario sí es un dato que evidencia
una idea política… ¿para descontarles a ellos hay plata para descontarnos a
nosotros no la hay?¿o hay una preferencia del ellos sobre el nosotros?
Antes de debatir hay que pensar, antes de pensar hay que tener datos.
Los datos debemos vincularlos entre sí para ver el tramado que conforman y con
ellos construir una visión de la realidad.
Debatir no es imponer nuestra visión sobre la visión del otro enunciador;
debatir es confrontar ambas visiones y ver que fisuras presenta cada una de
ellas.
La democracia se sostiene en el consenso de visiones y no en la
imposición de una visión sobre otras.
Si quieren debatir, debatan, me parece hermoso que lo hagan… pero
háganlo bien.