No duele tanto el final
como lo indeterminado.
Sujeto en estado terminal
el hombre a su máquina está atado.
La parte del saber que más nos duele,
es saber que no sabemos suficiente.
Pensar miles posibles e indiferentes
y estar sujetos a una mínima fracción de
suerte.
Estar y no estar ahí,
y verte estando sin estar.
No duele tanto el final,
como lo indeterminado
de tu suerte.
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