Jugaba a hacer rompecabezas
y a hacer caras con Matu
y de pronto comprendí
que mañana es su
cumpleaños
su primer cumpleaños que no está
que no puedo verlo o llamarlo.
Esto no es
reclamo
a un destino
irrevocable;
ni tratar de
hablar con un muerto
que seguramente
no tiene face;
ni llorar públicamente
lo debería
ser privado.
Simplemente la
tristeza
me tomó
inesperado
dándome cuenta
que mañana
es, era,
su cumpleaños;
y aunque
hubiera querido
escribir algo
bello
sobre su
paternidad
y su
constancia
y sus esfuerzos
y su paciencia
y su cabezadurez,
solo me sale
esta pena
detrás de
mis ojos vidriado
mientras mi
hija juega
sin darse
cuenta de algo.
Mañana es su
cumpleaños
y yo sin percibirlo
y sin saber
por qué
sentí como
un golpe de duelo
por la nuca
asestado
que no he
terminado de hacer
por miles de
otros presentes
que no me
han dado descanso.
Mañana es, era,
sería su cumpleaños
y de pronto
me puse triste
por no poder
llamarlo
y decirle:
¡Feliz
cumple Cacho!
¡Feliz cumpleaños!
Vos no tenés idea
de cuanto hoy te extraño...
Matu sin comprenderlo
viene sin pedir permiso
suspendiendo su juego cantado
viendo mi mirada aguada
me da un abrazo y me dice
"¡Te amo papá!¡Te amo!"
Si yo hubiera sabido expresarme
con tan hermosa simpleza
quizás no te extrañara tanto
quizás no tanto
quizás.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario