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El “mejor” de los jugadores erra un penal y bueno…
Como en todo tema de controversia social, los análisis son sesgados y
maniqueos. Sería interesante analizar bien el tema… pero no lo voy a hacer
porque hoy tuve un día complicado.
Sí propongo una serie de ítems o puntos a tener en cuenta.
Están los “en contra de la selección” que a esta altura quieren echar a
patadas a todos y si los encuentran en la calle los agarran a trompadas. Por
otro lado están los “a favor de la selección” que son capaces de defender lo
indefendible con los argumentos más patrioteros del mundo.
1) Los
jugadores no son argentinos amateurs en un potrero, son profesionales que ganan
millones por su trabajo y es lógico que uno espere que actúen en consecuencia
con su profesionalismo. Si uno es mal operado por un médico no dice: “y pobre,
pero lo hizo con ganas”
2) No hay
tantas selecciones que hayan llegado tantas veces a ser subcampeones como para
desmerecer serlo por un simple afán exitista de que si uno no es primero no es
nada. Un nueve es una buena nota aunque existan los dieces.
3) Un juego
de equipos no puede armarse de individualidades. Si pongo al mejor arquitecto
junto al mejor ingeniero pero ambos tienen conceptos distintos no voy a lograr
un buen edificio.
4) No se
puede cargar toda la culpa o la responsabilidad sobre un jugador cuando el juego
es en equipo. Yo puedo contratar al mejor jugador de la NBA pero si lo pongo a
jugar con mis amigos y pretendo que entre todos ganemos el mundial de básquet,
temo que nos va a ir para el culo, obvio que no llegaremos a subcampeones ni
drogando al resto de los equipos.
5) No
necesito ser médico para criticar e incluso hacerle un juicio a un médico por
mala praxis; de igual manera no necesito haber ganado mundiales para decir que
no jugaron como sus sueldos lo indican.
6) Qué no me
alcance el sueldo es importante, que no gane la selección es emocional pero no
importante.
Se podría decir mucho más pero estoy podrido. Si estás mal, está bien
que estés mal. Si querés putear o declararles tu amor incondicional, también
está bien. Se les paga mucho (muchísimo) por eso, por representar emociones.
Si quieren insultarse entre ustedes, también está bien; la pasión
siempre tiene que ver con otro que se le opone. Pero hacer juicios valorativos
como si estuvieran hablando de verdades… bueno, ahí se van al carajo.
Si quieren analizar la situación esperen a que la emoción haya pasado,
obtengan estadísticas y rendimientos, comparen con otros equipos y jugadores,
no parcialicen, no quemen ni apañen.
Es fútbol, amo el fútbol, lloro con el fútbol, puteo con el fútbol, me
enamoro del fútbol… y al día siguiente me voy a mi trabajo porque sé que el
fútbol es importante pero es como un libro, una ficción que me permite
vivenciar batallas épicas que nunca han de realizarse y continuar mi vida
mediocre.
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