Mientras arma su bolso, Bella ella siempre, para irse definitivamente.
–¿Qué
es una paradoja en el lenguaje?–,
me pregunta.
–Yo
miento.– Le respondo.
Me mira con esos ojos para perderse en ellos y comprendo que no
entiende.
–Si
yo afirmo que miento y soy sincero, no estoy mintiendo entonces no es cierto
que mienta y estaría mintiendo entonces sería cierto y no mentiría; ¿entendés? Es
un enunciado imposible.
–No
sé si entendí bien.
–«Yo
te amo con toda el alma»,
me dijiste ayer, hermosa.
–Sí.
–Bueno,
eso es una paradoja.
–¿Entonces
la paradoja es como una contradicción?
–No,
todos tenemos contradicciones, es un imposible.
–Sigo
sin entender.
–Yo
también.
Terminó de armar su bolso y se fue. Yo me quedo viendo la final de la
Copa Davis, Argentina es por primera vez campeón… y no me importa.
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