Preguntas referidas al lenguaje y su uso:
—Es
una persona humilde.— dice refiriéndose a alguien pobre.
Siempre me intrigó bastante el empleo del adjetivo
«humildes» que usan las clases con mayor poder adquisitivo para hacer
referencia a las de menores ingresos...
¿Qué mandato hay en este emparentar la pobreza
económica con la humildad? ¿Una persona de clase media o alta puede ser
soberbia pero una persona pobre no?¿Si sos pobre tenés que ser humilde?¿Por
qué?
¿Acaso los que tienen poder económico quieren dejarte
en claro que tu lugar es atrás de ellos?¿Qué no podés sentir orgullo? O como
diría y justificaría sin impunidad una locutora televisiva: «Los ricos no piden
permiso».
Ese tipo de expresiones del lenguaje se llaman eufemismos.
Un eufemismo es, según la Real Academia Española: «Manifestación suave o
decorosa de ideas cuya recta y franca expresión sería dura o malsonante.» Otro
eufemismo también me llama la atención: «de escasos recursos». Pero resulta que
se habla de un solo recurso, el económico.
Una forma salvaje que hemos tenido para referirnos a
los pobres en épocas de indiferencia social fue: «costo social» y, esa
expresión, en apariencia neutra y aséptica, incluía gente sin trabajo, que
vivían en la calle, que no tenía para comer, excluidos sociales…
Ven, ese eufemismo sí me parece adecuado: «excluidos
sociales». ¿Y por qué me gusta? Porque el participio «excluidos» mantiene un
régimen verbal y primero supone un sujeto paciente «personas», una acción
«excluir» y un agente «el resto de la sociedad». Si hay excluidos sociales,
gente fuera de la «sociedad» en cuanto a sociedad reconocida como tal por las
instituciones; hay alguien que lo excluye (excluir es un verbo transitivo y
necesita sí o sí algo o alguien que sea excluido).
Muy cercano al eufemismo son las metáforas y las
metonímias. Una metonímia muy común últimamente ha sido la de la «pala» por «trabajo
y ascenso social»;
—Que
vayan a agarrar una pala si quieren dinero.— decían personas que nunca había yo
visto agarrar una pala… y tenían dinero, no mucho pero el suficiente para vivir
con dignidad.
El lenguaje construye la realidad que ves, de acuerdo
con los enunciados que se emiten, el sujeto emisor entiende una u otra cosa, de
una u otra manera la realdad.
Sin dudas el clivaje surge frente al Otro, ese eterno
desconocido que tratamos de sujetar con las palabras, de hacer sujeto del
lenguaje… tarea imposible porque convertimos al otro en un esquema vacío que
llenamos con nuestros miedos y prejuicios.
¿Cómo actuar?
Primero tirar a la mierda todos los eufemismos disneylandeses
que usamos para hablar de la pobreza, de morir de hambre, de privar a alguien
de derechos legítimos.
Luego conocer, acercarse, sin juicios previos, junto
al otro, no desde afuera… y luego enunciar.
¿Y por qué vos y no él?
Muy simple, porque vos has tenido más posibilidades… y
si no te das cuenta de eso, si sos tan ciego que pensás que comenzaste esta
carrera en el mismo lugar… bueno, quizás sea tiempo de que pienses en vos mismo
sin tantos anteojos discursivos.
Cosas que uno piensa al pedo, destinado a gente que no entiende.