Quiero ser la víctima propiciatoria
de tu ritual de
amor
de tu poder de amo.
El caprichoso acto lanzado al imposible
y que se sigue
intentando.
saltar el abismo de tus ojos distantes
y volverte a
encontrar en un orgasmo.
Tomar de la mano a esa niña risueña
y llevarla hasta su
primer amor
en
otro cuerpo
en
otra alma
Renovar el ritual de un cuerpo
alguna vez entregado
a la misa de Eros
al cobijo de Tánatos
y saber lo efímero de ser sólo aquel
que renueve tu pacto
con el infierno próximo
de tu cuerpo aún lejano.
Traerte a un encielo lecho
en blanco derramado
por ambos cuerpos
transpirados.
Depender de tu tierra para apoyar tus/mis pies de alas
Bañarme en tu río heracliteano
cuantas veces los
fluidos de tu sexo me permitan.
Amanecer, despojado y en silencio
encadenado al perfume
de un recuerdo
a un símbolo trazado en mi piel.
Imagen prometeica
que promete el dolor
de las entrañas desgarradas
cada mañana.
y el
sabroso placer de sentirme renacer.
Tu aparición estableció ilimitades antaño inexistentes
y la certeza de saber que cuando te vayas
quedará el ruido y
la furia
de habernos
des-cubiertos en el abraso
(sin error de ortografía).
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