domingo, 29 de diciembre de 2013

Contradicciones cotidianas 16


     Cuando el poder no sabía cómo controlar la sexualidad, el sexo era algo prohibido, contaminado, asqueroso; algo de lo que no se hablaba, que debía ser escondido, algo abyecto.
      Cuando el poder supo controlar le sexualidad y a través del deseo vender un montón de necesidades innecesarias. El sexo lo fue todo, ocupó todos los canales de comunicación, el mundo no habló de otra cosa que no sea el sexo.
      Yo he vivido épocas mojigatas, pacatas y etcéteras y también he vivido épocas libertinas, librepensantes y etcéteras. Sin embargo me preocupo por pensar... y pensar implica saber que la sexualidad es una de las cosas más importantes de mi historia personal... y pensar implica no dejarme manejar por eso.

miércoles, 11 de diciembre de 2013

Sólo está sola

     Está sola, sabe que no es importante pero sigue estando sola.

     Salió de la casa, se sentó en el escalón de la entrada, subió las rodillas apoyando plenamente las plantas de los pies descalzos en el piso frío, se tapó la cara con ambas manos y en una actitud que podría ser un cliché de una película de Almodovar, se puso a llorar.

     Entró a la casa, puso en el reproductor el último disco de Ismael, chequeó en el teléfono la cuenta de face y miró a su alrededor. Una lágrima, como en el tango, se deslizó por su mejilla y cayó sobre la... no, la atrapó con la mano para evitar que caiga al piso ¿y moje la alfombra?¿ensucie?

     Se despierta, detiene la alarma del teléfono, toca la cama vacía, se queda mirando el techo, piensa que está sola, cree que eso es importante...
     Se despierta, detiene la alarma del teléfono, toca en la cama otro cuerpo, vacío, se queda mirando el techo, piensa que está sola, cree que eso es importante...

     La soledad no es un sentimiento, es un estereotipo, una imagen creada por un grupo de poetas sin talento.

     Y sin embargo duele.







martes, 10 de diciembre de 2013

Sobre el sueño y sus defensores




     Cuando se lleva a dormir a los niños se les cuenta un cuento maravilloso con algunos condimentos de miedo para que abracen la sábana y se sientan protegidos en el cobijo de sus padres.
     Cuando los adultos se van a dormir, prenden la televisión... y yo no quiero sacar conclusiones.

miércoles, 4 de diciembre de 2013

04/12 Reflexión

No me parece casual.
En mi paranoia crónica y endémica
que algunas personas reconozcan su nazismo
y no pase nada...
No me parece casual.
En mi paranoia crónica y edénica
que todos desgarren sus vestiduras
frente a "lo que ha bajado la educación"
desde que dejamos entrar a esos negritos.
No me parece casual.
En mi paranoia crónica y enferma
que brote un manantial de bronca racista
en los discursos de mucha de las gentes
que consideran que otras gentes
no son gentes.
No me parece casual.

Me parece triste.