lunes, 5 de agosto de 2019

Pensamiento inútil de lunes: De los argumentos y la ausencia de ellos.




Este texto de hoy es ese tipo de textos que por extensión, el lector actual jamás leerá. Pero tengo un Blog (no hay gesto quizás más anacrónico que este) porque la escritura me ayuda a pensar y no porque busque lectores que nunca he tenido. Enunciar los pensamientos permite que las ideas entren en esquemas epistémicos y muchas veces también, darme cuenta de las falaces que sostenían mis argumentos; así como otras veces fortalecerlos.
De todas maneras, me queda claro que la siguiente argumentación no será leída ni por unos ni por otros, lo que me permite la tranquilidad de expresarme con mayor libertad.
La escritura de una entrada en un blog surge de un evento o sentimiento que nos conmociona o nos emociona. Del primer grupo es esta.
Leo un tuit del presidente argentino que enuncia: “No se necesitan argumentos, no es necesario dar explicaciones. Es tu autoridad, tu confianza, tu credibilidad, las que tus relaciones valoran para acompañarte en tu decisión. Por eso yo te invito a publicar esta foto en tus redes”.
Debo decir que el tuit me da vergüenza ajena y me apena mucho más que haya ciudadanos que se hagan eco de una expresión tan acrítica y antidemocrática.
Pero comencemos por el principio, porque para brindar cualquier opinión uno debe dejar sentadas las bases sobre las cuales construye su pensamiento y que, de alguna manera, lo justifican.
Primero me permito recordar una publicación que hice en octubre de 2015 “Ya no hablo más de política, me parece al pedo” (posiblemente una de las pocas que ha tenido poca repercusión, que es mucho menos que nada). Idea que continúo sosteniendo; por lo menos dentro del concepto que la mayoría de los publicadores seriales tienen hoy de política (mi concepto es un poco más amplio y hago un distingo con el partidismo que es posiblemente lo que otros desean expresar). No porque no crea en la política, sino porque frente a posturas discursivas tan disímiles es imposible pensar en un “diálogo” tal y como debería ser si partimos de la etimología de esa palabra.
Mi análisis de ese tuit va a ser simplemente discursivo.
Plantear la innecesaridad de argumentos y la justificación sostenida solamente por el rol social que el sujeto ocupa cuando nos referimos a acciones que afectan a todos es terrible e injustificada (para no decir temerosamente peligrosa para las libertades de pensamientos). El poner el sujeto por sobre la idea y el individuo por sobre el conjunto es insostenible desde cualquier postura argumental, sin importar ideologías.
Tanto derechas como izquierdas y como tibios han tenido argumentadores geniales. Las argumentaciones construidas por las ideologías generan un campo epistémico sobre el cual se sostienen posturas e ideas. Rechazar la argumentación es ir en contra de las ideas.
Tal vez quepa aclarar que tampoco creo en el votar por lealtad, pero entiendo que muchos supuestos “leales” lo exclaman como parte del pintoresquismo de una poética populista que parece haber sido heredada del romanticismo. Cuando hablo con esos sujetos al lenguaje, me siento en libertad de exponer discrepancias que algunas veces compartimos y otras no, pero en donde las argumentaciones son válidas.
También me asusta la invitación, sin mediar argumentos, a realizar un acto de habla que compromete tu accionar por el sólo hecho de… vaya uno a saber qué.
No estoy diciendo si Macri hizo o no algo, estoy en otro esquema. Así que si algún lector de memes y frases hechas ha sobrevivido a tantas palabras, porfa, evítese el enfado y siga leyendo. Insisto, lo que digo es que, el enunciado es insostenible dentro de cualquier esquema de pensamiento. Sólo se permite un enunciado así a quien no desea pensar.
Opinar distinto (argumentalmente, uno tiene una responsabilidad respecto a sus enunciados –responsabilidad ética-) es lo que construye una democracia, dejar de pensar es lo que da origen a los pensamientos mesiánicos, fundamentalistas o fascistas.
Y luego, en el tuit agrega lo del “miedo” que puede generar. Obvio que genera miedo una sociedad obediente que publica algo sin tener razones justificadas para hacerlo. Invitar al contagio de algo así, sin fundamento, es invitar a que sigamos pensando que la tierra es plana.
Creo, honestamente, que hay personas que han decidido seguir votando a Macri luego de haberlo pensado en su esquema mental y que tienen argumentos claros (los comparta o no yo) para justificarlo y me parece que este tuit los insulta, los considera poco inteligentes, les dice que mejor no hablen (hablar en el sentido de pensar hacia afuera) que se cierren sobre su pensamiento y sostengan su idea tal como el burro sostiene su rebuzno.
Me da vergüenza ajena, dije al inicio, porque creo que su representante les está faltando el respeto.
Grey, manada; anulemos el pensamiento crítico, generemos lo mismo que criticamos. Discursivamente es aberrante que un presidente electo diga semejante cosa. Y vuelvo a decir, tampoco creo en la lealtad si esta es referida a una figura y no a una idea. La lealtad a una idea quizás te haga intransigente, pero no te convierte en un robot.
Es una semana para oír y leer palabra por palabra lo que dice cada uno, frente a una encuesta (censo, porque nos comprende a todos y es obligatorio) que se va a dar este domingo. Dejemos de pensar de manera bipolar y desconstruyamos los discursos que el pez por la boca muere cuando está tan ávido de carnada.
Yo seguiré pensando que es esencial desde la escuela enseñar a analizar los enunciados, los de afuera y los de adentro de toda institución educativa. Funcionar siempre con un relativo de desconfianza.
No apoyo los seguimientos ciegos ni los enunciados vacuos.
Pero es sólo una opinión de lunes a la tarde.