miércoles, 28 de octubre de 2015

Yo no hablo más de política, me parece al pedo.

Yo no hablo más de política, me parece al pedo.
Si vos pensás que el pobre es pobre porque quiere o porque es vago; si vos pensás que el negro es alguien que se ha ganado el derecho a ser maltratado e injuriado sólo por ser negro y no rosado… Aunque el negro es «de alma» como decís vos.
Si pensás que la escuela es una mierda porque atiende a esa gente que no debería estar en la escuela normal, que son distintos, que no permiten que los otros se desarrollen y deberían ir a una escuela especial… que no es discriminar, es solo separar lo que vale de lo que no.
Si vos pensás que los putos son eso, putos… torcidos… que los padres no hicieron bien las cosas… o que están un poco enfermitos. Ni hablar de la estupidez esa de dejar que adopten...
Si vos pensás que las pibas se embarazan para vivir de la asignación universal por hijo.
Si vos pensás que está bien que a las minitas les digan cosas… por algo se visten así… de putitas, ¿no? por qué hacen tanto quilombo si les pasa algo… será porque se lo buscaron.
Si pensás que la educación es un gasto y que tener un satélite es al dope… para qué mierda ese cachivache dando vueltas.
Si te parece que el derecho a tener hijos es de quienes tienen la plata para el tratamiento.
Si mantener científicos es un gasto presupuestario que no estás dispuesto a hacer.
Si te parece que es hora de que esas viejas de mierda dejen de lucrar con la muerte de sus hijos.
Si a vos te preocupa tu impuesto a las ganancias y que te quiten el subsidio del gas y de la luz... o que la cuota del colegio privado haya aumentado.
Bueno, qué te voy a decir… está muy bien que votes lo que votás…
Pero yo no soy así, a mí me preocupan las cosas que están más allá de mi pupo, por eso es probable de que votemos cosas distintas, por eso es que no quiero discutir con gente como vos.
Yo no hablo más de política, me parece al pedo.
Yo hablo de ser humano... ¿y vos?

sábado, 24 de octubre de 2015

Perdón por la digresión

Hay gente que confunde educación con cultura, cortesía, protocolos de comportamiento de determinados grupos socioculturales, papelitos acreditantes y demás...
La educación es la educación, ni más ni menos que eso y todo lo demás es todo lo demás; que es mucho más que eso.
El individuo tiene una cultura, que nadie espera que la abandone a no ser que sus rituales afecten a los demás sujetos.
El individuo es o no es cortés de acuerdo con sus necesidades de subsistencia y sus entornos, para qué nos vamos a mentir... nadie va a ser cortés a la hora de llamar a un bombero si se quema su casa.
El individuo tiene protocolos de comportamiento que son acorde a los entornos en los cuales se mueve. Sin dudas un sujeto que domine varios protocolos de comportamientos tiene más posibilidades de subsistencia que otros pero esto no tiene nada que ver con presentar un protocolo de comportamiento de un sector socio cultural como el único válido... de eso ya tuvimos bastante años anteriores y muchos frustrados han dado como resultado.
El individuo tiene una serie de papeles acreditantes de supuestos saberes. Todos sabemos que eso sólo indica que ese sujeto ha estado próximo a los materiales que le permitirían la adquisición de un saber y, también sabemos que si ese sujeto adquirió o no ese saber solo lo indicará su accionar porque en esto de saber, la voluntad juega un papel muy importante.
Ahora y en resumen, si ustedes pretenden que la educación sea todo eso... bueno, se están yendo un poco al carajo. La educación es la adquisición de los saberes compartidos por una comunidad que acepta la diversidad, no por una comunidad que pretende que todos sean iguales.

Perdón por la digresión.

jueves, 22 de octubre de 2015

Prisas profanas

Recuerdo haber oído, con oreja maravillada, en una película de Woody Allen, en (para ser exactos) «Crímenes y pecados» que es por nombre mismo y nada más que por eso una cita a Dostoievski y en este engaño múltiple de Allen, a lo que nos tiene acostumbrados, la maravilla de la cita es que la cita no es la cita y lo que no aparece como cita sí lo es.
Yo pequeño no reconocía y no reconocía porque no conocía y entonces escucho: «La comedia es tragedia más tiempo».
Genial parlamento de un genial personaje en una genial película repleta de geniales parlamentos dichos por geniales personajes interpretados genialmente por actores geniales.
Pienso, he pensado, pensaba, había pensado, pensé, hube pensado, pensaré, habré pensado, pensaría y habría pensado mucho en esa frase sin saber que esa era una cita… o una paráfrasis (para ser preciso) de Carlitos, el hermano comunista de los Marx family game, frase inicial del brumario, brumato, bromato que nada tenía de armonio.
La frase era genial y genial la reformulación de la misma.  Parece, la misma, anclada en el Hegel de dialécticas palabras difíciles pero, sin embargo, no obstante creo que es en el río de Heráclito en el que se bañan esas palabras que dijo con eco de repetición el personaje que encarna el actor que es Woody Allen… porque el río no es el mismo ni uno es uno, ni Woody es Woody y todo cae por la garganta de Cronos que como en cuadro de Goya no permite que el hijo vuelva a ser el hijo porque el hijo es alimento de dioses…
«La comedia es tragedia más tiempo»
Pienso y pienso posible que piense, haya pensado, pensara, hubiese pensado, pensare, hubiere pensado quizás, tal vez como posible el quiasmo cual figura lógica consecuente.
Que sea posible decir lo mismo y al revés y no tanto:
«La tragedia es comedia más tiempo»
Signada bajo el mismo Cronos que al comerse nuestros momentos más felices nos sumerge en el inevitable destino de un Sísifo condenado a ser aplastado bajo su propia piedra.
Y la dicha más tiempo es des dicha.
Lo he dicho.

Punto.

miércoles, 14 de octubre de 2015

Llegar tarde

Línea blanca, línea blanca, línea blanca, línea blanca, línea blanca, línea blanca… gris infinito… poste de luz, poste de luz, poste de luz, poste de luz, hornero en poste de luz, poste de luz, poste de luz… verde soja infinito. Amarillea la mañana y el deseo de llegar se convierte en bostezo.
110. Acelera.
El cerebro, el mismo cerebro de la misma persona a la misma hora (de madrugada) funciona distinto. Cuando se despierta piensa más rápido, asocia, descubre a velocidades que irá perdiendo paulatinamente a medida que avanza el día; cuando no ha dormido, la velocidad y rapidez asociativa se reducen a su mínima expresión.
120. Acelera.
Va en el auto con un único destino, llegar a su pueblo, llegar a su casa, llegar a su cuarto, llegar a su cama, llegar a su sueño como en un juego de cajas chinas que se le hace infinito.
130. Acelera.
Un camión se interpone entre el auto y su destino. Lo obliga a desacelerar. No quiere. Tuerce el volante sobre la izquierda e inclina la cabeza con una falsa ilusión, como si esa acción le permitiera ver mejor. No ve nada.
140. Acelera.
Pasa al camión en poco tiempo. Sin embargo, no tan rápido como esperaba. Comprueba algo aprendido en primaria y repetido en física de secundaria: si dos vehículos se desplazan en la misma dirección a distintas velocidades, para saber la diferencia que permitirá a uno pasar al otro hay que restar al vehículo que va más fuerte la velocidad del vehículo que va más lento.
Acelera.
Comprueba pero no es consciente. No tiene otra conciencia que el deseo de llegar. Otro camión. Otro puto camión. Se abre, inclina la cabeza e insulta. Insulta en vos alta porque reconoce otro camión adelante del camión. Insulta como si esperara que el insulto fuera escuchado por el primer transporte y lo evaporara mágicamente.
No sucede.
Desacelera.
De frente, dirigiéndose en sentido contrario a su desplazamiento, pasa un auto, otro auto, otro auto, un camión, cuatro autos… es hora de entrada en los distintos trabajos, no es hora de volver a casa apurado.
Desacelera.
Se abre, inclina la cabeza y observa. Una moto. Siente deseos de pasar lo mismo, de cerrar la moto contra la banquina.
Acelera-desacelera. Se contiene. Se da cuenta a tiempo de la estupidez.
Pasa la moto, un auto, otro auto, un camión… desacelera más. ¿Qué pasa?
En una curva amplia comprueba que no son dos camiones… son tres. Bien pegados uno detrás del otro. Se inquieta.
La curva da la sensación de que puede ver más de lo que en realidad puede ver. La soja es baja y no obstruye la visión. No hay nadie (piensa).
Acelera.
Se abre, inclina la cabeza y comienza a pasar sosteniendo el volante porque la curva al acelerar el vehículo le da la extraña sensación de que lo sacara hacia afuera.
Llega a la trompa del primer camión y se da cuenta de que no hay distancia que le permita entrar entre un camión y otro.
Acelera.
Los camiones son de porte grande y van a una velocidad mayor a la permitida para los transportes de este tipo, pero es temprano y confían en que no hay controles camineros.
Nuevamente comprueba la relación de velocidad de la que hablamos antes.
A lo lejos se ve un auto. No lo vio antes porque ese coche no tenía las luces encendidas. Se da cuenta la importancia de que, aunque sea de día, se enciendan las luces. Recuerda las veces que se olvida de encenderlas.
Desacelera, acelera.
Piensa retroceder lo avanzado. Es todo un camión. Con el riesgo que esto implica. Piensa en multiplicar la velocidad para generar una mayor diferencia de velocidades entre su vehículo y los que está superando. Opta por lo segundo luego de segundos de juicio suspendido en los cuales el tiempo no se suspendió como en las películas y el punto de encuentro entre los dos vehículos resto muchos metros.
Acelera.
No comprende que este acelerar modifica también la relación de velocidades con el coche que viene de frente. Cuando dos objetos se desplazan a velocidades contrarias la velocidad del encuentro se obtiene sumando las velocidades de los vehículos individuales.
Acelera.
No lo piensa porque solo piensa en llegar a casa. Entre la trompa del segundo camión y la cola del primero tampoco hay espacio para su auto.
Acelera.
Tensa los músculos del cuello y aprieta con fuerza el volante.
El auto que viene de frente comienza  a disminuir la velocidad consciente de lo inevitable. Pero seguramente se desplazaba a más de 120 kilómetros por hora porque no es mucho lo que puede hacer.
Acelera.
La ruta no tiene banquina suficiente como para que uno de los coches transite sobre ella.
Desacelera el auto que viene de frente.
Desacelera el camión.
Acelera, tensa los músculos del cuello y acelera. Sabe que no llega. Ya no importa.
Cierra los ojos.

Todo da vueltas. Todo se detiene. No escucha nada. Un silencio de caracol marino. No siente dolor aunque sabe que se golpeó. La ventanilla está partida. Siente algo húmedo que cae sobre su cara. Supone sangre. Mira a través de la ventanilla rota, a pocos metros de él, un cuerpo en el piso.

domingo, 11 de octubre de 2015

Una cuestión de tiempo/s

El hombre caminó hacia la habitación sin demora, ni su caminata ni la habitación tenían ni demora ni apuro y llegó a destino en tiempo y forma; el hombre, la habitación ya estaba. Lo del tiempo es algo que a él le preocupaba, lo de la forma no. No era de cambiar mucho de forma, no más que una ligera y paulatina gradación ascendente en los quilos de peso en relación directamente proporcional con los años de vida y nada más. Lo del tiempo es algo que a él le preocupaba, ya lo dije pero ahora lo retomo porque me interesa destacar que era de esos sujetos que no le gustaba llegar tarde… ni temprano… y para lograrlo iba antes pero iba lento y es por esto que el hombre había caminado hacia la habitación, en la que ahora estaba, sin demora… Por eso el circunstancial «sin demora» adquiere valores significativos importantes no solo en la narración sino también en la interioridad del sujeto que lo realiza. Contrario a lo que dicen los estructuralistas, en este caso en particular, el complemento circunstancial es bivalente porque no solo determina las circunstancias temporales y modales en las que se da el verbo núcleo sino que también entrega características específicas del sujeto de la acción el cual, en este caso en el cual la oración es en voz activa, coincide con el sujeto oracional.
En definitiva, llegó rápido y sin apuro porque es una persona que mide los tiempos y regula las velocidades de manera consciente para llegar en el momento en el cual la cita ha sido convenida.
Es posible que esta obsesión de llegar a horario (ni antes ni después) se haya establecido en algún hecho significativo de su niñez  que ha quedado grabado en su memoria y por eso ya no puede evitar su accionar que de manera compulsiva lo hace llegar siempre a horario. Pero esto es una suposición sobre hechos anteriores de los cuales no disponemos pruebas fehacientes que nos permitan separar aquellos validos de aquellos que no lo son.
Llegó a tiempo y por eso estaba adentro de la habitación cuando Yamir detonó el explosivo.

Muy a su pesar llegó antes de tiempo a los pies del padre eterno.

sábado, 10 de octubre de 2015

Curriculum 01 (que surgió oyendo llantos ajenos)

La vida esto
la vida aquello
dicen cobarde la voces
yo soy lo que he hecho conmigo
y sinmigo
alumno problema y alumno diez
ambas cosas y me di cuenta
que el diez tiene más que ver con conocer el sistema
que el contenido.
he sido pacato
y he tenido excesos
y aún no comprendo diferencias
que muchas veces son sólo
sólo son apariencias
a la vanguardia y a la retaguardia
nunca he podido solucionar esta visión
un tanto de afuera
he visto desbordes
y exceso de controles
y no
me han gustado
ninguno de los dos
he sido crédulo e irónico
y tampoco
fui vegetariano un tiempo breve
al que se resistió mi omnímodo estómago
me resisto, me he resistido toda mi vida
a la puta genética
que no haya un solo factum en la vida
que marque sinos inevitables
cuando tengo hambre
como
cuando tengo sueño
duermo
cuando debo adaptarme
cumplo
cuando me dan espacio
corro, corro, corro, corro
me gusta discutir pero discutir de verdad
escuchar al otro y atacar sus argumentos
no me importa la verdad
porque no creo que haya una sola
he vivido un par de vidas más
que las que me corresponden
tampoco es que muchas más
sólo he querido más de lo que he podido
y no me importó
el podrido podido pedido
y además sin embargo
he leído para recuperar
las vidas que me han faltado
o no me he atrevido
o no he querido
me interesa la gente
cuando la gente es esa
que está ahí
me chupa un huevo
las cifras y las estadísticas
no creo en los que dicen que está probado
y no dicen quién carajo lo ha probado
no creo en la gente segura
mucho menos en la mucho más segura
no creo en la fidelidad
aunque la acepto
creo que no puede haber sexo honesto
en el capitalismo
me gustaría saber aceptar más de lo que acepto
no tener estas ubérrimas ganas
de cagar a patadas a tanta gente
siempre me han mimado
he sido un tipo muy bien adaptado
que en cada trabajo
me han dicho lo bueno de mi desempeño
pero nunca he sabido mantener más de cinco años
una misma actividad
o una misma ciudad
me aburro con facilidad
no creo que haya nada más triste que lo fácil
creo en las personas
incluso en quienes no lo merecen
no temo la muerte (esto es real)
me doy por bien vivido
aunque tengo horror a la decrepitud
al paso de cronos
si el hilo ha de cortarse
bienvenido sea
es destino inevitable
si el hilo ha de deshilarse
como cuerda de yute
bueno, ahí no estoy tan de acuerdo
doy fe
de lo que digo
como cierto
o no
según contradicciones diarias.