lunes, 26 de noviembre de 2018

Viaje astral a mi pasado..


Haciendo una de esas carpetas de antecedentes que nada significan pero parecen interesar tanto al sistema, me doy cuenta de cuántas cosas quedad fuera de esa realidad llamada legajo. Llamo a todos a que intenten hacerlo y se darán cuenta que es más de lo que son lo que queda afuera que lo que queda adentro.
En espíritu autoconfesional de un día agotado y r paso a detallar todo lo que he sido que hace lo que soy.
Comencemos con lo básico:
He sido hijo, hermano, tío, padre, amigo, primo, nieto, sobrino, yerno, suegro, novio, marido, amante, enemigo y muchos de esos roles que la sociedad nos etiqueta y que hoy olvido.
He sido, cuando primaria acontecía, vendedor de unos muñequitos de lana que se hacían enrollando en torno a un aro de cartón. Se los vendía a un quiosquero conocido y a mis amigos.
He sido, en la misma época, estafador; compraba caramelos sugus y los cortaba en cuatro con un tramontina, los ponía en un frasco y se los vendía como “pastillas de la maldad” a un ingenuo amigo.
He sido quien se quedaba con vueltos de los mandados, a sabiendas encubierta de los capitalistas que encargaban la encomienda.
He sido confesor de amadas inconfesadas.
He sido, en la adolescencia, despachador y remarcador de precios en un supermercado.
He sido primer novio y he sido el descanso de mujeres que añoran la juventud perdida.
He sido albañil empleado aún en esa adolescencia.
He sido uno de los fundadores de la confederación de centro de estudiantes secundarios
He sido militante de izquierda.
He sido luego, estudiante universitario y mientras tanto…
He sido amante obsesivo y amante desapegado.
He sido estudiante crónico y abandónico.
He sido quiosquero.
He sido estudiador de teatro, literatura, filosofía, psicología… ya no me acuerdo qué más.
He sido vendedor de artesanías ajenas y vendedor de artesanías propias. También artesano, por qué no decirlo.
He sido mozo de bar.
He sido fotocopiador de apuntes.
He sido preparador de sándwiches.
He sido bailarín de contemporáneo.
He sido pintor de obra y pintor (bajo sueldo) de leyendas “vote de la Sota” cuando nadie lo votaba.
He sido formador de docentes antes de ser docente.
He sido escribidor de boludeces.
He sido actor, mimo, titiritero, guionista, dramaturgo, director y puestista.
He sido acusado y casi excomulgado por blasfemo.
He sido remisero, corrector de textos, entre otras cosas.
He sido animador de fiestas infantiles, mimo publicitario, performances chetas y demases.
He sido promotor de libros y escritor de otros que no me animaba a promocionar.
He sido formador de teatro y de los primeros en ser parte de la coordinadora teatral de arte independiente.
He sido animador en un programa ómnibus de la tv local.
He sido actor en un par de cortos independientes de los cuales nunca sabrán nada.
He sido columnista fijo en un periódico de distribución barrial en la ciudad de Córdoba.
He sido, junto a dos entrañables amigos, creador y conductor de un programa radial llamado “Haciéndole el amor al arte”.
He recibido un par de premios por cosas que por lo general la gente no sabe.
He sido, finalmente y ya de viejo, docente.
He sido docente de teatro con chicos down autistas y síndrome lennox durante cuatro años.
He sido docente de teatro de todas las edades pero de Lengua y Literatura, sólo de 12 para arriba.
He sido posedor de un título terciaro como base y unos postítulos que tampoco suman mucho a uno como persona.
He sido docente de terciario y, con excelente compañera de cátedra, hace años doy las últimas prácticas.
He sido vicedirector y director de una institución hermosa (con sus pro y sus contra, como todas).
He sido amado y he amado con tranquilidad y desenfreno.
He sido nómade por definición y actitud.
He sido feliz y sigo siéndolo, aunque esto despierte broncas insospechadas de gente que como no es feliz, no le gusta ver feliz a otros.
Hagan su raconto y se darán cuenta de lo felices que han sido… sigan siéndolo y dejen de hablar de los otros.

sábado, 6 de octubre de 2018

Un debate viejo y un debate nuevo




Debate viejo
Charlo hace unos meses con una colega con la cual seguramente jamás podría ponerme de acuerdo y sin embargo no priva que podamos trabajar sin que esta disparidad de mundos que no compartimos se interponga en la labor diaria.
Charla ella sobre otra persona (es su tema favorito hablar de otro, pienso yo que tal vez ha de ser muy aburrida su pequeña vida) y habla de religiones y de alguien (que por suerte no conozco) que en pos de su libertad de culto no profesa respeto (o el protocolo que en las escuelas algunas veces, casi muchas, no son más que una secuencia de gestos vacuos) por los símbolos patrios. Declama, quien está frente de mí, apocalípticos presentes en los cuales se han perdido cosas “importantes” en las representaciones populares.
Yo prefiero no entrar en el tema, ya que como expresé antes, la concordancia de perspectivas es un imposible anunciado, no obstante digo como al pasar.
Lamentablemente para tu amiga, ella trabaja en una institución social que conserva esos protocolos y aunque sea sólo como parte de una teatralización, deberá cumplir con ellos.
Mi interlocutora me mira sorprendida y en excepcional mensaje declara estar de acuerdo conmigo.
Sí, que se joda… dice si trabaja en una escuela deberá cumplir con lo que dice el Ministerio que ella haga.
Yo me quedo pensando si en estos últimos recortes de la vida aún tenemos Ministerio (vaya uno a saber); también pienso en los años que he trabajado en instituciones que profesaban algún credo y como me pude adaptar sin cambiar en lo más mínimo mi forma de pensar. Pero como mi colega sigue hablando mal de los otros y sus intolerancias y falta de respeto por aceptar lo que podríamos denominar del orden “común” aunque ella lo llame “normal”, palabra que derivaría en un texto mucho más extenso; ¿qué estaba diciendo? Ah, entonces me fui.

Debate nuevo
Charlo hace unos días con la colega antes mencionada con la cual había, milagrosamente, llegado a un acuerdo de criterios aunque no de fondos hace meses.
Charla ella esta vez sobre la educación sexual y habla de religiones y de respetos y de que tendríamos que tener cuidado (yo no entiendo muy bien de qué pero ella sigue soliloquiando) y que no va a acceder a dar a sus párvulos esa “aberración” (sic) de la “ideología de género” (sic). Declama apocalípticos presentes en los cuales se han perdido cosas “importantes” en las representaciones populares.
Yo prefiero no entrar en el tema, ya que como expresé antes, la concordancia de perspectivas es un imposible anunciado, no obstante digo como al pasar.
Lamentablemente para vos, trabajas en una institución social que piensa que educar sexualmente a los chicos es importante y aunque sea sólo como parte de una teatralización, deberás cumplir con eso.
Mi interlocutora me mira sorprendida y en excepcional mensaje declara:
No, no es así… dice se debe respetar mi libertad a no estar de acuerdo.
Yo me quedo pensando en por qué lo que hace meses le parecía absolutamente válido, hoy le parece equívoco. Pero como no me gusta debatir con paredes sordas incapaces de escuchar un argumento, me fui.




domingo, 23 de septiembre de 2018

Crónicas de Matulandia: anticipos del final


El atardecer clarea una gama de grises de color que van desaturando del rojo al amarillo, del gris al naranja.
El horizonte es el paisaje que anida en las pupilas de estos rutinarios viajeros de encuentros semanales y charlas existenciales, que en el fondo comprenden que la vida sólo es ruido y furia, que en su mejor momento es nostalgia (“¿te acordás, papá cuando…?”) y en su peor momento, un desamparo (“vos no me querés… preferís estar corrigiendo eso…”). Y sin embargo, hay cosas que nos salvan: ese horizonte, que se ofrece generoso siempre ahí tan cerca de tan lejos, y las charlas que con Matu construimos huyendo o tratando de entender los inevitables de nuestras existencias.
Cuando comprendí todo lo que aprendía de estas charlas incluso antes de que ella hablara comencé una serie de textos fragmentados, caprichosos, destinados a dejar registro de la maravillosa filosofía que habita en almas que aún no están completamente socializadas. De este registro, algunas, solo algunas fui publicando en el blog para ver si había corazones destinados a entenderlas…y lo único que tengo claro es el momento final de producción: el primer día de primer grado (hoy estoy más seguro que nunca).
Comencé las “Crónicas de Matulandia” a finales de 2013, cuando empecé a comprender todo lo que aprendía o recordaba con ese extraño ser que llamo, por cuestiones de jerarquía social, hija y terminaré de escribir a principios de 2019.
¿Y a qué viene toda esta aclaración que a nadie le interesa?
En que quizás la escena de hoy es el anticipo de un final que se prevé tan cerca y tan lejos en este horizonte de colores.
Papá, ¿me compraste huevito?— pregunta respecto a los regulares huevitos kinder con los que, cual perro de Pavlov, negocio su comportamiento.
—Si amor, pero primero tenemos que ver cómo te vas a portar.
—Yo me porto bien.
—Tu mamá no dijo lo mismo recién cuando te busqué.
—Miente.
—No creo; está mal mentir.
—A veces está bien.
Al escuchar su comentario y casi sin darme cuenta, aminoré la velocidad del auto; como si al aminorar la velocidad del desplazamiento en el espacio pudiera desacelerar la velocidad del tiempo.
—¿Cómo que está bien?
—Porque cuando mentís hacés que los otros hagan lo que vos querés.
Me sorprende escuchar una verdad tan horrible en una niña que aún no cumplió los seis años y repregunto.
—¿Cómo es eso?
Estaba con B… B… es su primo. y no se quería bañar y mami le dijo que yo me iba a bañar, entonces él se fue a bañar pero era mentira porque yo no me bañé.
No deberán haberle mentido.
Pero hicimos que se bañara, entonces está bien.
No me animo a expresar más argumentos porque temo fortalecer los suyos y no quisiera; esa racionalidad es un anticipo del pensamiento adulto expresado aún sin los filtros sociales.
Continuamos el viaje y cuando estamos llegando, me dice:
Papi, te quiero.
Cómo sé yo que eso no es una mentira que me estás diciendo para que te dé el huevito. le pregunto, medio en chiste, medio en serio… como para saber qué es capaz de responderme.
Y ella con total impunidad, me responde:
No lo sabés.
Miro por el espejo retrovisor para averiguar si lo que llevo en la sillita de atrás es mi hija o un enano disfrazado de ella. Veo su sonrisa traviesa y me tranquilizo.
Prefiero creerte, amor. Te amo.
Yo también te creo.
Esa noche me costó dormir, me dejó pensando (como casi siempre) una niña que aún no cumple seis años. Quizás el cariño consiste en eso, en un creerse mutuamente, sin tener ninguna seguridad... de nada.




martes, 4 de septiembre de 2018

Escena escolar


«Profe, entonces ¿qué sería una hipérbole?», me pregunta una alumna.
«A ver, ¿alguna vez te dijeron que se iban a morir si los dejabas?», pregunto.
«Sí», sonríe mientras me contesta.
«¿Lo dejaste?», interrogo mientras pienso que ojalá no se quejen los padres por el ejemplo que voy a dar.
«Sí», responde mientras se le escapa una risita y una frase al descuido «era un imbécil»
«¿El imbécil se murió?» interrogo mientras la clase ríe.
«No», contesta sonrojada.
«Bueno, esa es una una hipérbole. Es como una exageración, desmesura quizás, porque ese pobre imbécil te quería y como no sabía cómo expresarlo exageró un poco los sentimientos. ¿Lo entendés ahora?», digo mientras preveo su respuesta.
«Ahre» dice y yo comprendo que ella y todos los de allí no sólo entendieron el concepto, sino que jamás lo van a olvidar. Entonces digo: «¡Cuánto sufrimiento debiste sentir con eso!»
«¿Por qué dice eso, Profe?»
«Porque ahora debo explicar la ironía.»
Todos rieron y pasamos a otra figura del lenguaje.

Hay cursos que están hechos para uno…

lunes, 27 de agosto de 2018

Juego nocturno




La mira jugar y esa límpida risa le apacigua la inseguridad de no saber mañanas.
̶̶  ¿Qué querés comer?
̶̶  Pizza de roquefort.
Sonríe y accede. Compra una prepizza porque las ganas de amasar se han ido con la jornada laboral; que por suerte (buena o mala, vaya uno a saber) ha sido aburrida.
Hay rutinas que agobian y otras que liberan. Su hija canta con esas libertades que uno pierde ya de grande, y que en este momento, mientras la mira reír, jugar, cantar frente a un televisor encendido que ambas ignoran, lamenta sin lamentar.
«No se llora sobre la leche derramada», piensa mientras enciende el horno y se queda allí en cuclillas unos segundos esperando que la válvula de seguridad tome conciencia de su voluntad de encenderlo. Hay rutinas que agobian.
Casi sin darse cuenta, se encuentra cantando con su hija; las dos ríen. Hay rutinas que liberan.
La nostalgia de una ciudad, de una radio, de un ritmo, de pretéritos lejanos la atrapan un par de segundos. Pero…
̶̶ ¡Mami!¡Mami! ̶   La voz del presente la reclama.
«La nostalgia es la trampa de los idiotas», piensa; «sólo se puede seguir hacia adelante, la caja de cambios de los cuerpos y sus destinos no ha sido diseñado con reversa». Pero ese hacia adelante lo plantea como vuelta, una vuelta enriquecida con la magia de una duende rubia cantora y pintora. La serpiente de Uroburos, como siempre, muerde su cola.
«No puedo ir a buscarla hoy»
Vuelve a leer un mensaje que se le hace costumbre o deja-vu. Sabe y disfruta de la libertad de estar sola, pero también le pesa transitar la soledad sin esa risa y esa demanda que la quiebran. Duda, si la alegra o la entristece este reiteradomensaje.
Comen y charlan con historias de escuela.
Un dibujo, en Netflix, roba su atención y vuelve a estar sola aunque la energía de esa pequeña presencia lo invada todo.
Como siempre, en los silencios se piensan boludeces; recuerda, de repente, un mueble que ha quedado abierto he intenta, inútilmente, con su hiperconectado mundo, que el sino lo cierre. Pero el ropero ha decidido quedar abierto y no hay voluntad humana que sea capaz de torcer el deseo de un objeto.
¿El deseo?
Siente que lo ha desplazado a un cotidiano más urgente. Lo vacuo de sus últimos intentos han minado de Nadas los silencios de las sábanas.
Vuelve a levantar la cabeza y mira a su hija concentrada. Extrañamente se siente completa… pero con sueño.
̶̶ Me voy a dormir.̶  le dice.
̶ Bueno mami, yo ya voy.
Y sabe que la cama estará cómoda y vacía hasta que ella venga a su lado. Sin embargo, el sueño la vence.
Mientras Morfeo se aproxima con el sonido de un televisor de fondo, piensa para sí:
«No es la marea la que tiene la voluntad de llevar o traer cosas;
es uno el que ha decidido, de cuerpo presente, estar en esa orilla
y resignar su libre albedrío al destino de un mar embravecido.»
Y se duerme… esta vez, sin que una sola lágrima decida conciliar su sueño. Se duerme, con una sutil sonrisa que la ilumina y solo despierta un segundo al sentir que una hada levanta tiernamente las sábanas para meterse en su lado, cual costilla arrancada por dioses que vuelve cada noche a su destino de origen.



lunes, 16 de julio de 2018

Imponderables


Cuando algo sucede una vez,
un elemento fortuito,
una circunstancia,
el azar azaroso sin factum.

Pero cuando sucede por segunda vez;
uno comienza a sospechar,
si bien pueden ser designios de la suerte
buena o mala (suerte)…
Uno comienza a sospechar,
en posibles responsabilidades.

Cuando por tercera ocasión se ocasiona,
aunque fuere suerte,
es impensable ver la involuntariedad del hecho
y uno empieza a darse cuenta
de que debe hacerse cargo
de las responsabilidades.

Y por más que la tercera persona del singular
uno supiere responsable;
la primera persona es la única
a la que tenemos acceso de cambio.




jueves, 28 de junio de 2018

Manipulación mediática y represión


“Enfrentemos a la población”, se llama el juego que juegan Clarín y la Nación. Uno puede discutir si el paro es la medida adecuada o no para repudiar los hechos de violencia que sufrieron los docentes de Chubut y cuyo agente es el poder provincial; pero es de estúpidos o de hijos de puta poner en duda el hecho.
Vamos a aplicar un poco de ACD a un paupérrimo artículo de Clarín que dejo linqueado acá abajo. Aunque lo que escriba tenga menos lectores que este influyente medio, no puedo evitar expresar mi desagrado.
Vamos a ir por partes pero de modo general, que hile fino cada lector o que deserte del texto por parecerle aburrido (siempre habrá quien prefiera la diversión a la verdad).
La volanta (si se puede llamar volanta a eso) reza: “El próximo martes en todo el país” y fíjense como centra el interés sobre la consecuencia: “el paro” tratando de que desaparezca la causa “la represión injustificada de docentes”.
El título: “Un conflicto en Chubut derivó en un paro docente nacional”.
Acá el uso del sustantivo abstracto “conflicto” es muy mal intencionado ya que no posee agentes responsables, convierten el hecho en una situación y no en una acción como realmente fue y enfrenta como si fueran antónimos al sustantivo propio “Chubut” con el adjetivo “nacional” (tan cargado de subjetividades).
Recién en el copete va a aparecer un agente responsable de la acción: “Cetera” y coloca el verbo “denunció” (cuando debería haber usado “repudió”) con un objeto directo que en lugar de ser un sustantivo abstracto (como venía siendo su estilo –ahí debería ir “la represión”-) es una subordinada sustantiva (para quitarle veracidad al verbo “denunció”): “que reprimieron a los maestros”, dice y nuevamente se olvidan el agente; emplea un sujeto indeterminado “ellos” que se pierde en los lectores de superficie.
La segunda oración de este vergonzoso copete comienza con un adverbio de afirmación “También” que subjetivamente suena a reproche: “che, además de esa boludez también…” y agregan el verbo “reclaman” que sin dudas contiene los semas de “oposición y disgusto” (busquen en el diccionario si quieren, a mí no me hace falta.)
En el primer párrafo, bueno, un festín de uso choto del lenguaje. Ponen en negritas “paro nacional docente” y entrecomillan como forma de relativizar la verdad “contra la represión en Chubut”. Usted preguntará por qué digo que relativiza la verdad; pues muy simple, al emplear el entrecomillado, el medio te está diciendo que eso no se atreverían a decirlo ellos y por eso lo citan en estilo directo. Pero lo más divertido es que en esa sola oración aparece dos veces la palabra “paritaria”. Jajajajajajaja, que HDP que son.
En el segundo párrafo, que también es una sola oración larga, vuelven a mencionar la palabra “paritaria”, vuelven a usar el entrecomillado y aparece “Cambiemos” como un agente. ¿Qué están haciendo acá? Algo muy simple; desenfocan el tema “la represión” y lo direccionan hacia el conflicto “paritarias” porque saben que ahí pueden dividir las opiniones. Los lectores simples piensan: “otra vez los docentes…”
El tercer párrafo, igualmente capcioso que los anteriores, vuelven a emplear el verbo denunciar (no voy a volver a explicar lo mismo). Sin embargo, un brillo de verdad se les escapa y escriben “a docentes que estaban fuera de la Casa de Gobierno”.
En el último párrafo se toman todo el tiempo del mundo para hacer oír al ministro de Chubut. Sus palabras, referidas a “los gremialistas” son “agreden, lucran, siembran caos”.
El artículo completo es una vergüenza; pero uno va abajo y leyendo los comentarios de los lectores se da cuenta que es efectivo.
En las escuelas se da lengua para generar lectores críticos capaces de desentramar estos discursos manipuladores. Sin embargo, algunas veces uno oye a docentes caer en el engaño.
Yo sigo enseñando categorías gramaticales y sintaxis, pero para que el alumno sea capaz de leer esto y entenderlo, no para que analice oraciones sin sentido.
Yo dudo de que el paro sea la media adecuada frente a este hecho de injustificada violencia del Estado y los medios; yo creo que deberíamos suspender las clases y ponernos con los alumnos y los padres (los que se animen, por supuesto) a desentramar estos discursos mediáticos con los que pretenden manipular sus conciencias.
He dicho y es sólo mi humilde opinión.



https://www.clarin.com/sociedad/conflicto-chubut-derivo-paro-docente-nacional_0_SJa9B5ZMX.html


martes, 19 de junio de 2018

Dialogo entre Bella y Bestia: el/la culpable


“Creo que tu juego está en las palabras cómo lo decís”, me dice.
“No”, le digo, “mi secreto está en cómo te puedo tocar con mi lengua, mis manos o mi palabra…da igual”.
“Puede ser”, me responde mientras se acuesta en mi cama dispuesta a que la acaricie.





deseo


Planteo un desafuero a tus defensas
Un “voy a probar a ver qué pasa”
Sin promesas de mañanas
Ni explicaciones de ayeres

Planteo arriesgues nada
Ni pongas nada en juego
Que sólo sean ganas combinadas
Compartidas sin silencios

Planteo un mutuo respeto
Ausente de promesas
Desvinculado de vanas obligaciones
Que sólo atan a lo vacuo

Planteo un “no me importa”
Un “no sé qué hago exactamente”
Un “tengo muchas ganas
De compartir este hoy, hoy contigo”

Planteo el desapego afortunado
De encontrarnos unos días
Y disfrutar la deserción de los mundos
Que nos atan a esta rutina
Que llamamos vida

Planteo unas cervezas compartidas
Unos labios dibujando médanos
En tu curva geografía
Un olvidarme un rato
De que Cronos nos espera en una esquina
Un compartir sin adueñarnos
Un robar luego de pedir permiso
Un mutismo de palabras, no de cuerpos
Un almuerzo, una cena, una vida
Frugal, efímera, eterna y opulenta

Y luego volver al yo de siempre
Invadido de un recuerdo incandescente

Y comenzar a planear luego después
Otro planteo que te lleve hasta los brazos
Que abrasan sin error de ortografía.




lunes, 4 de junio de 2018

Advertencia


La vida es Una
Y no hay tiempo de boludeces
No hay tiempo de buscar pajas en ojos
Ni de hacerse la paja por dos ojos
No hay tiempo de angustiarse por lo no hecho
Ni de tratar de hacerlo a destiempos
Hay que ser frágil y rústico
Como la hoja que maltrata el viento
Desapegado a todo, amando el Todo
De nihilismo irreversible
Con su dionisíaco sí a la vida tal cual se brinda
Campeador de tormentas
Con la calma que las anticipa
Disfrutador pleno de lo efímero
Sabiendo que lo eterno
Son sólo infinito fragmentos de lo transitorio
En tránsito siempre
Dispuesto asesino de Cronos
Suicidador crónico de egos
Megalómano autocomplaciente
Humilde soberbio antropomorfo
Displicente ansioso reclamante
Caótico cosmos enfermante
Que sana suavemente tus heridas

Soy
Un camino que ya nadie transita
Porque el miedo no es signos de estos tiempos
Ni los riesgos han vuelto a estar de moda

Soy
Un enfrentamiento temperamental e injustificado
Antes que el puñal trapero que traiciona

Soy
Un diálogo entre la cama y el infierno
Antes que la mojigata costumbre de lo cierto

Soy
La carne roja que mastica
La cruda vida de lo incierto

Soy
Sólo yo sin puntos y sin comas
Con mayúscula al inicio de cada verso

Soy
Fuego frío que pide calma a tus temperamentos
Y que incita a la hoguera tus silencios

De mi etapa religiosa sólo me quedará
El vómito de los tibio
La frigidez de los talentos conservadores
Y el halago al pródigo reencuentro

Evidentemente
No soy hijo de estos tiempos
Como he sido un mal alumnos en los noventas

Evidentemente
No soy crío de estos lares
De tantas tibiezas y humedades

Pero no soy de armas llevar
Ni de puñales espaldar
Sólo peregrino como esa hoja
Que arrastra el viento
Sin un camino fijo
Pero seguro
De que lo único estable
Es lo fortuito.



lunes, 30 de abril de 2018

Manualidades




Escribir
con lapicera
papel renglonado
y una lágrima atrapada entre los párpados

Escribir
como quien vomita las palabras
tratando de salvarme de la cordura

Escribir
con un pucho en la mano
y una cerveza en la otra

con un número agendado
que calme mis pasiones

con un tiempo muerto
que me permita pensar:

lo distinto que soy
aunque en realidad no lo sea




domingo, 29 de abril de 2018

Construcción sustantiva de una mañana de domingo


El cuerpo de una niña dormida en los brazos,
La calle mojada,
El sabor a domingo,
El estridente silencio,
El termo en las manos,
Un vaso olvidado sobre la mesa,
Una ventana entreabierta,
Un bolso de compras,
Un negocio cerrado,
El reír de unas niñas,
El trapo humedecido de primavera de mercado,
La promesa de un asado,
Un gato de nombre cerveza,
El recuerdo de un arcano ritual,
La sana estupidez de los juegos,
La vana promesa de hacer lo que falta,
La seguridad absoluta de saber que las obligaciones serán postergadas,
El celular en placentero mutismo,
La anticipación de un lunes conspicuo,
La incapacidad de la palabra,
El explícito deseo de vivir en la ignorancia,
La tranquilidad de una charla que se extiende en la noche,
El sol que se atreve a quebrar unas nubes,
Un mate ya tibio,
Un cuerpo ya frío,
Una nostalgia ardiente,
Un empaque infantil,
Una pelea entre hermanas,
Una tv prendida que nadie mira,
El desayuno de Cronos.
Todo construye una sola mañana de domingo.
Es increíble la capacidad de un paquete tan pequeño
y me cebo el último mate antes de ponerme a pensar en la comida.








viernes, 9 de marzo de 2018

Cuando el discurso habilita el odio y la muerte.


Para querer matar a otro,
necesitamos sentir que ese otro
no es un Otro.
es  una cosa,
un algo menos que un Otro
y mucho menos que un Yo.

Pero para que un sujeto
se sienta habilitado a eso
debe haber un entramado
discursivo
social
que lo habilite.

“No sirven para nada”
“Un tiro en la cabeza y se soluciona el problema”

son discursos habilitante
al odio, al miedo.

Porque el que mata tiene miedo
más miedo que el delincuente asesinado.
Tiene mucho miedo de convertirse en otro
ese otro con minúscula.

Los otros con mayúscula,
matan con hambre,
matan con bancos.



El asesino también sin saberlo
es una víctima
de los discursos de odio
de los discursos de miedo
que siembran los grandes
y reproducen los medios
y los del medio.

Todo para marcar una diferencia
y mostrarles a esos, que no te miran,
que no sos ese otro
que sos Otro.

Mierda de mundo el que vivimos
en donde mandriles matan mandriles
ansiando la aceptación del gorila.

No estoy hablando de Facundo…
Creo
o quiero creer.