jueves, 7 de mayo de 2020

The End


Pronto he de abandonar
seguramente
el tonto espectro espectral de lo terreno
y no duele saberse ya en medio suicidio
aspera saber que no va a haber palabras
que alguien diga y deje signo en un camino
arbitrario y recorrido
pero honesto.

Yo soy nadie
y no seré nunca nadie
-con antítesis semántica permitida-
para el universo de este cosmos pervertido
existo sólo en la existencia de unas obras
que como el polvo en el que he de convertirme
serán tierra y olvido.

Ni a académicos
ni a pueblo
ni a mercado
llegará jamás palabra dicha por este muerto
pues no existo
en existencias ontosociales
que pueden otorgar entidad a las inexistencias
(Cohelo o Arjona serán recordados, quizás)

No me despido
porque no deseo aún irme
pero sé que Cronos se avecina
y viendo tanta muerte próxima acaecida
que la hermana de mirta
que tal vecina
y tantas palabras destinadas
me pongo a pensar en la ausencia de vocablos
que acarreará mi final tan anunciado.

Son destinos quizás predestinados
finales de un preanuncio ya anunciado
redundancias de una muerte ya muerta
en existencia pura
sin más sentido
de la imposibilidad de un interlocutor
que las responda.

Vaya uno a saber
quién sabe.

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