martes, 14 de enero de 2014

La Palabra

- Hola
- Hola, buen día.
- Buen día... (silencio incómodo en el cual cada uno sabe su rol e incluso el desenlace de la historia y aún a pesar de eso sigue con todo como si nada) venimos a traerle la palabra...
- ¿la palabra de quién?
- De Dios (y el enunciado suena con "D" mayúscula, no deja lugar a  ningún malentendido politeísta)
- (Pienso en el Dios en el que creo y la imposibilidad de que este ser le de su palabra a este sujeto) No gracias, no te voy a hacer perder el tiempo...
- No sé por qué lo dice...
- Porque no te quiero hacer perder el tiempo... yo pienso una cosa, vos pensás otra... listo
- Pero vos no sabés qué pienso porque aún no nos oíste (ahí me doy cuenta que son dos)
- Sí, aún no te oí pero sos muy predecible... vos manejás "la palabra" así que debe ser la misma que ya me han dicho muchas veces
El muchacho no comprende y a mí no me importa con tal de que se vaya.
- Si quiere le dejamos...
- Sí gracias.
El más joven parece injustificadamente molesto; el mayor ya conoce el juego.
- Bueno, si usted lo dice, Hasta luego.
- Bueno,si ustedes lo quieren, Chau.

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