jueves, 20 de febrero de 2014

Crónica de un cholulo arrepentido

     Camino o creo que camino, no sé muy bien; uno no es consciente de lo que hace cuando lo hace sin necesidad de estar pensandolo. Supongamos entonces que camino. Camino de un lugar X donde hice una cosa Y hacia un lugar H donde realizaré la actividad D (si los colectivos que pasan por frente de H me lo permiten).

     Sigo caminando, nunca detengo ni mis pensamientos ni mis pies.
     Camino y pienso en lo linda que es como ciudad; en lo sucia y desordenada que está; en lo grande que es y en el sabor de pueblo que aún tiene. Pienso en que veo mucha gente contenta, no me queda claro de si es la zona o es la ciudad.
     Pasan a mi lado joggins que caminan con gente adentro que suda, otros más audaces que trotan. El clima oscila entre el nublado apocalíptico y el sol del desierto.
   
     Sigo caminando, nunca detengo ni mis pensamientos ni mis pies.
     Pienso en lo que hice, la estabilidad, la precariedad, a la gente que afecta mi decisión, pienso en la gente que se alegra, en la que se enoja, en la que se entristece. Recuerdo el poema 5 del Espantapájaros Girondiano. Llego a la calle.

     Sigo caminando, nunca detengo ni mis pensamientos ni mis pies.
     Pienso en el GPS y en la función peatón que descubrí hoy y yo no sabía que existía. Pienso en todos los que caminan. Camino menos. Estos tres días voy a caminar bastante. ¿Perderé algunos de los catorce kilos que me sobran? Sé que no. Me pregunto y me respondo.

     Sigo caminando, nunca detengo ni mis pensamientos ni mis pies.
     Veo un grupo de gente amontonada en torno a algo o alguien. Miro por mirar. Veo un gordito con una remera azul con la insignia del Capitán América. Odio el Capitán América. No me gusta como héroe. Quizás por eso miro con más atención al viejo ridículo que lleva esa remera infantil. Miro y pienso que sí es. Miro y pienso que no puede ser. Hay gente alrededor aunque no tanto como para que sea. Es un grupo de gente, no una comunidad. Hay un par que se mueren de risa. El sol hace que el día sea bestial. Miro y estoy seguro aunque no me lo crea, 800 ideas se me ocurren, ninguna idea es ferpecta pero por lo menos es una acción que puede mutar a otra o no. Sin embargo no hago nada.
     No, sí hago algo.

     Sigo caminando, nunca detengo ni mis pensamientos ni mis pies.
     No hago algo distinto. Pienso en que hubiera estado bueno tener una foto con él para mostrar como si su talento pudiera recaer como un vaso que rebalsa, sobre la persona al lado en la foto. Pienso que son boludeces, que siempre pensé que son boludeces, que nunca voy a saludar a los artistas, que no me saco fotos ni pido autógrafos, que lo que me interesa de ellos es otra cosa.

     Sigo caminando, nunca detengo ni mis pensamientos ni mis pies.
     Ya es tarde; ya está lejos.

     ¡Qué boludo que soy!

No hay comentarios.:

Publicar un comentario