jueves, 19 de febrero de 2015

Charlas y mates recargado

Luego de hablar ampliamente del clima, los fenómenos meteorológicos y la importancia del hombre y su accionar en los desastres; abolló la botella de plástico de la gaseosa y la tiró junto con los paquetes de galletitas vacíos, la yerba del mate usada y unas pilas que ya no andaban más.
Sin previo aviso, Bella ella, levantó el dedo señalando el televisor y dijo con tono de indignación:
—¡Ves!¡Ves! No se puede hablar de los pobres así… Mirá los anillos, mirá el reloj…
—No te entiendo.
—¿Qué puede saber de los pobres si nunca pasó hambre esa?
—¿Para entender a los pobres hay que ser pobres?— pregunto legítimamente intrigado.
—Sí, hay que haber vivido esa realidad. ¿A vos, tan zurdito como sos, no te parece?
—No.
—Ah, ¿no?— aporta enfática e indignada.
—No, no creo que el juez deba ser delincuente para entender la delincuencia; no creo que el doctor deba ser bacteria o virus para entender las bacterias o los virus.— mientras hablo pienso en lo equivocado de las metáforas que estoy usando y comienzo a preocuparme en que pueda entenderlas equivocadamente entonces concluyo abruptamente —¿Un gobernante, según tu teoría debería ser rico, pobre, clase media simultáneamente para poder gobernarnos a todos con equidad?
—Sí y no.
En ese momento seguimos hablando del clima.

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