lunes, 26 de septiembre de 2016

Canción de autoayuda


Es una obligación
ser feliz a pesar de las obligaciones.
Darse cuenta que la vida es una sola,
que el “yo debo”, cuando no es sincero,
sólo puede traer desconsuelo.
Es obligación
que te duela el dolor de los otros;
pero no cargar con eso.
Debería haber una jerarquía de llantos
para mandar a pasear a los que lloran por cualquier cosa.
Es casi un requisito de vida
saber que estamos solos
y valernos por nosotros mismos
antes y después de encontrarnos con otros.
Es necesario soñar
y seguir soñándonos por sobre la rutina;
pero indispensable es distinguir
entre los sueños propios
y los comprados en los bazares de la burguesía.
Es un compromiso reconocer con nuestros hijos
una deuda de vida,
pero solo con ellos.
Alejarnos cuanto antes de los generadores de deudas
económicas y afectivas.
Es un deber
no sentir rencor por los actos ajenos
pero tampoco perdonar las injusticias
ni ofrecer tantas mejillas.
Es indispensable querer lo que somos
aunque nos digan lo contrario
y ser conscientes  de nuestra capacidad
de cambiarnos cada día.
Debemos saber que no hay “un” camino
y que no es obligatorio seguir todos
por la misma senda de penas y vaquitas.
Sí, es necesario pensar
y ayudar a otros a que piensen;
reconocer entre lo propio y lo impuesto
y definir, cada día, el pasillo o galería
de la eterna geometría
de este laberinto llamado vida.








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