Un día su vida quedó reducida a un avatar del face... Parece
extraño pero hay cosas que a veces suceden y otras veces no. Jorge, realmente
no tenía muchos amigos, ni mucha vida social hasta que un día apareció, luego
de insistencias nuestras, en el face...

Nos llamó la atención, primero, que dejara de asistir a los
asados y cuando vimos que había vendido su kiosco dejamos de verlo casi totalmente;
a medida que se iba haciendo menos activo en la cotidianidad se hacía más
activo en Internet... tenía muchos, muchísimos amigos... y muchos, muchísimos
seguidores...
No nos preocupamos realmente por él, sus apariciones en la
red eran divertidas y simpáticas, con un humor ácido y oportuno... poco a poco
nos olvidamos del Jorge que conocimos y nos reíamos y compartíamos tiempo con
el Jorge de Internet, un Jorge sin pasado, sin tartamudeos... Un Jorge
distinto.
Tuve quizás, la mala idea de ir a visitarlo; al Jorge
real... Lo encontré muerto en su habitación y un olor que denunciaba, por lo
menos una semana...
Hace dos semanas fui a su velorio, fui solamente yo, el
resto ya se había olvidado de él...
Vuelvo a leer su publicación de ayer y pienso: ¿cuándo me
animaré a poner “me gusta” en el comentario del muerto?
No hay comentarios.:
Publicar un comentario