sábado, 19 de noviembre de 2016

Pensamiento inútil de sábado: Los fanáticos defensores de la lectura son todos unos prejuiciosos


La siguiente enumeración puede ser traspalada a cualquier otro objeto artístico: pintura, música, películas. Y pretende enumerar los consumidores de arte que tienen una visión restringida de las posibilidades de consumo.
Prejuiciosos lectores:
1) Está aquel que siente la necesidad de valorizar estéticamente todo lo que le gusta… y digo yo; ¿por qué o  para qué? Muchos textos me gustan y sé que no tienen grandes méritos literarios, no me ofende si me lo dicen pero ¡guay! con decirle a un lector de Cohelo que lo que lee es una porquería porque si no ponen el grito en el cielo te caen con esa frasecita irónica y pelotuda… “claro, porque no todos somos tan inteligentes como vos…
Querida, si tenés un solo argumento para defender la originalidad y la esteticidad de los libros de autoayuda, usala porque lo necesitan; y si no lo tenés, qué problema hay en decir: “sí es malo pero a mí me gusta.
2) Están los amantes del canon académico y nada que no pertenezca a esa lista de consagrados será jamás valorado por ellos. Gente capaz de citarte a Borges o los premios Nobel; que sabe de Homero y de Dante pero desconoce cualquier texto que no pertenezca a esa GRAN lista de las academias y los citadores compulsivos. Lamentablemente entre estos lectores hay mucho sobaco ilustrado y lectores de segunda mano. Si supieran realmente lo despreciados que han sido por las academias en otros tiempos autores que ellos glorifican.
3) Están los que leyeron tres libros y por ello se creen lectores… tristemente “el principito” por ser breve y de fácil lectura cae en manos de estos personajes que acusan a todo el mundo de no leer cuando ellos no han leído gran cosa.
Haciendo acá una digresión, “El Principito” es quizás el primer libro de autoayuda y posiblemente el único que pude terminar de leer; más dañado por sus lectores que por sus méritos.
4) Están los antipopulares… son lectores que aborrecen todo lo que se ponga de moda. Odian los best sellers como un ateo a dios. Son incapaces de ver méritos en obras que, podrán estar de moda, pero tienen más de uno. Si estos lectores se pusieran a pensar en el exitazo comercial que fue el Quijote, en los logros mercantiles de Shakespeare o en la forma de pagar las deudas de Dostoievski quizás lo pensarían mejor.
5) En contrapartida, están los que les gusta lo popular por ser popular. Sin análisis posible, si el mercado lo vende, ellos lo compran y lo almacenan en su biblioteca y lo defienden a muerte y posiblemente nunca lo lean porque se conforman con la película. Cuántos idiotas habrán comprado los tomos de “las mil y una noches” pensando en el argumento de la novela. Para ellos los lectores son sólo aquellos que tienen el último libro de moda.
6) Están los ideologizados, los que siguen un autor por lo que dice. Amo la postura política que siempre ha tenido y sostenido Galeano. Pero acordemos, exceptuando “las venas abiertas…” no es uno de los escritores que uno pueda decir de excelencia. Me pasa con Benedetti y con muchos otros. Un buen lector debería separar los méritos del libro de la vida de su autor, estoy cansado que me digan: “Vos leés a Borges, es tan soberbio.Borges podrá ser lo que quiera pero su literatura es genial.
7) Los más insoportables son los lectores cholulos, esos que consiguieron una firma o hablar con un autor y entonces se vuelven fanáticos. Y sobre los fanáticos no voy a hablar porque no me los banco.
8) Están, también, los lectores frikis. Esos que se apasionan con las cosas raras… mientras más raras mejor. Y si no las comprenden llegan al éxtasis de lector. Para ellos la literatura tradicional es toda una bazofia.
9) Los amantes de la no-ficción son insoportables. Principalmente para aquellos que disfrutamos de la ciencia ficción y del Manga. Evalúan todo en categorías de posible o imposible y hacen enunciados tipo “¡qué fantasma!” para decir que eso no funcionaría en la realidad. Hermanos, la literatura son mundos, qué aburrido leer siempre el mismo.
10) Los panfletarios encuentran en los textos, permanentemente, discursos políticos y eso determina para ellos la calidad o no de un texto… pobre Celine. Para ellos, la literatura con el único fin de entretenerse no es válida, lo cual es una pena porque no saben lo que se pierden.
11) Están los que renuncian al libro ni bien encuentran alguna dificultad y luego critican descaradamente libros que son grandes obras. Deberían pensar que el problema no es la oscuridad del libro sino su incapacidad para disfrutarla.
En definitiva, leer es leer y no te hace mejor persona hacerlo ni peor no hacerlo (por más que los profes de literatura insistamos en su práctica). Es muy fácil demostrar que una persona que lee mucho, no necesariamente es mejor o piensa mejor; tiene, quizás, y eso depende de qué lea, una variedad más amplia de vocabulario.

Nada más… y con suerte.









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