domingo, 5 de febrero de 2017

Y de pronto me di cuenta... que mañana es (era) tu cumpleaños.


Jugaba a hacer rompecabezas
y a hacer caras con Matu
y de pronto comprendí
que mañana es su cumpleaños
su primer cumpleaños que no está
que no puedo verlo o llamarlo.
Esto no es reclamo
a un destino irrevocable;
ni tratar de hablar con un muerto
que seguramente no tiene face;
ni llorar públicamente
lo debería ser privado.
Simplemente la tristeza
me tomó inesperado
dándome cuenta que mañana 
es, era,
su cumpleaños;
y aunque hubiera querido
escribir algo bello
sobre su paternidad
y su constancia
y sus esfuerzos
y su paciencia
y su cabezadurez,
solo me sale esta pena
detrás de mis ojos vidriado
mientras mi hija juega
sin darse cuenta de algo.
Mañana es su cumpleaños
y yo sin percibirlo
y sin saber por qué
sentí como un golpe de duelo
por la nuca asestado
que no he terminado de hacer
por miles de otros presentes
que no me han dado descanso.
Mañana es, era, sería su cumpleaños
y de pronto me puse triste
por no poder llamarlo
y decirle:
¡Feliz cumple Cacho!

¡Feliz cumpleaños!
Vos no tenés idea
de cuanto hoy te extraño...

Matu sin comprenderlo
viene sin pedir permiso
suspendiendo su juego cantado
viendo mi mirada aguada
me da un abrazo y me dice
"¡Te amo papá!¡Te amo!"

Si yo hubiera sabido expresarme
con tan hermosa simpleza
quizás no te extrañara tanto
quizás no tanto
quizás.











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