lunes, 23 de octubre de 2017

Inútil pensamiento de lunes


El “Mito del eterno retorno” es una idea filosófica que planteaban los griegos y que quizás fueran los estoicos los primeros en escribir sobre ella. La idea es de una historia cíclica (no lineal como planteará luego el cristianismo). Los acontecimientos se desarrollan de modo causal desde un principio hasta un fin; por medio de la conflagración, todo arde en fuego para destruirse, para reiniciarse. A diferencia del pensamiento cíclico de Spengler, por ejemplo, en el cual cada ciclo ofrecía una serie de variantes respecto al ciclo anterior o de Hegel que con el concepto de Aufhebung y su triple significado (anular, conservar, superar) planteaba un autoconocimiento del Ser (palabrita alemana en la cual Marx creía ciegamente y es por ello su absoluta seguridad de que la misma sociedad iba a llegar inevitablemente a un cambio en el orden de las cosas); el “mito del eterno” retorno concibe la reiteración de lo mismo.
Nietzsche suma a esta idea la concepción de que no sólo son los acontecimientos los que se repiten, sino también las ideas.
Si uno lo piensa desde el arte, es muy plausible pensar que “cien años de soledad” de Márquez o “ruinas circulares” de Borges estén expresando el mismo concepto.
O sea, la humanidad amontona sus actos y pensamientos en una secuencia causal y se encamina por sí sola a la propia autodestrucción, al “fuego”, que es el final y el inicio otra vez de lo mismo.

Creo que queda más que claro que estoy hablando de una idea filosófica y no de las elecciones de ayer… creo

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