sábado, 2 de noviembre de 2019

Pensamiento inútil de sábado: Hallazgo


El hallazgo es un acontecimiento en el orden de lo particular. Un hallazgo no es lo mismo que hallar algo; en la acción de hallar hay cierta voluntad que el hallazgo parece no tener. El hallazgo acontece y de alguna manera sorprende; nos desplaza del cotidiano continuo y nos sumerge en la maravilla de eso que, por lo general, nos es nuevo y familiar a la vez. Familiaridad y novedad no parecen enfrentarse, sino que, por el contrario, se validan mutuamente.
El hallazgo es una maravilla novedosa y familiar que acontece sin previo aviso ni voluntad y nos deja pensando.
“¿Qué pasó?¿Qué es esto?”
En una charla, en un abrazo, en un beso, en una palabra que escapa de su anudado concepto y se dispara hacia lo inesperado, en un Cronos escondido en la muñeca, en un libro, en un objeto de arte, en un caminar sin recordar a dónde, en un despertar sin saber cuándo, en ese otro que nos mira desde el espejo, en ese objeto en el fondo del cajón olvidado…
En cualquier lado puede acontecer un hallazgo y nunca nos queda claro qué es exactamente. Acontece dejándonos la sensación de que algo absolutamente nuevo ha sucedido y nos es extrañamente familiar (lo reconocemos sin saber por qué).
Lamentablemente (o quizás por suerte), el hallazgo es innominable y por ello, inaprensible. Es único e irrepetible y nos deja sentados, contemplando la nada, con esa mueca extraña que llamamos sonrisa.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario