sábado, 14 de noviembre de 2015

13 no es mala suerte

Charlas con una preadolescente.
Charlo con mi hija preadolescente como charla cualquier padre que ame a sus hijos y quiera lo mejor para ellos. Hablo desde la honestidad y el razonamiento.
Ella de pronto me pregunta: «¿Por qué la gente compra dólares?»
Hay (ay) gente que se preocupa si sus hijos preguntan esas cosas… yo me preocuparía, si frente al bombardeo mediático no me lo preguntara. Trato de responder, como dije, desde la verdad y el pensamiento… y trato de ser lo más simple que este torpe pensamiento puede ser.
–Es muy difícil de explicar sin caer en malos y buenos… a ver, todo comenzó cuando alguien se le ocurrió decir que un papelito no valía un papelito sino una cifra y que esa cifra estaba sostenida con algo material en un banco. O sea, yo hago un papel que dice valer diez «valores» y yo tengo diez «valores» en el banco que fabricó ese papelito para sostenerlo.
–En inicio, cuando la abstracción es simple y el resguardo es en oro (un objeto material que tiene su valor real como la sal u otra cosa) no hubo mayores problemas que la cantidad de papelitos que hicieran.
–O sea, si tienen 10 valores oro en el banco y emiten un papelito que vale 10 valores, no hay problemas hasta que, debido a la necesidad de pagar algunas deudas, el país se viera en la necesidad de emitir otro papelito de 10 valores. De pronto, con solo 10 valores oro y dos papeles que dicen valerlo, el valor real de ese papelito es de 5 valores oro. ¿Se entiende?– es al pedo, no puedo abandonar mi espíritu docente maestrociruelo de ejemplos simplones y alegóricos.
–Sí. –responde y, en ese momento, agradezco que mi hija esté, aún a pesar de sus 13 años, en el pensamiento formal y prosigo
–Hasta ese momento la matemática es simple. De pronto, algunos países comienzan a respaldar sus papelitos en papelitos de otros países (el oro vale por oro pero los papelitos de otros países valen por las decisiones que los gobiernos de otros países tomen respecto a esos papelitos)– Dejemos de lado esto porque complica mucho para entenderlo a tu edad– digamos que el peso se sostiene porque el banco tiene dólares, si hay inflación, si el peso vale menos es porque se hicieron más papelitos de pesos que papelitos de dólares tenés en el banco.– Tampoco le explico las variaciones que tiene el dólar como abstracción que es y cómo esas fluctuaciones dependen de decisiones políticas, me quedo en la matemática más básica porque sé que eso es lo que ella puede entender (algunos votantes no pueden entender ni eso).
–Entonces, muchas veces la gente, cuando puede retener un poco de plata, para evitar que pierda valor con la inflación compra dólares o algún bien material que permita conservar el valor de esos papelitos con los que se encontró. Si guarda los papelitos y la inflación sigue, esos papelitos van a valer cada vez menos… en cambio, si compra algo o compra dólares (no gana plata) conserva el valor del monto original.
–Entonces conviene comprar dólares…– afirma ella confundida porque sabe mi opinión al respecto.
–Sí y no– confirmo y niego–, es bastante egoísta y bastante suicida… –respondo completando un pensamiento personal que sé ella no va a entender.
–¿por qué?
–Porque si comprás dólares, esa plata que vos tenés de sobra no vuelve para gastarse en algo que se hace acá y ese valor sobrante se pierde. Y si se pierde, nuevamente se genera inflación y mi sueldo, no esos míseros pesos que me sobraban, pierde su valor, entonces pierdo yo.
–Si yo, en cambio compro algo material que se fabrica o distribuye acá, conservo el valor y hago que esa plata entre, nuevamente en el país. El que lo fabrica está contento con su fábrica y el empleado de esa fábrica tiene trabajo y esa gente gasta plata y ese gasto me permite mantener el valor, no solo de esos míseros ahorros de clase de «medio pelo» sino también el valor de mi sueldo.

También hablamos de los subsidios y del concepto del valor inyectado en el mercado, lo dijimos con otras palabras, pero lo hablamos y ella lo entendió mucho mejor que muchos adultos, pero eso es otro tema y tendrá otro diálogo.

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