martes, 24 de noviembre de 2015

Mi hijo y su extraño sentido del humor…

Mi hijo publicita un show de stand up que hace con un cartel que reza: «Fui criado en los noventas… o sea que mis papás están separados»
Yo imagino que debe resultar gracioso; si no, no lo hubiera puesto en su cartel pero me quedo pensando, tratando de capturar la gracia.
Leí a Aristóteles (no tuve la suerte de leer a Sócrates, como si lo hiciera un presidente argentino –el único ser humano en el mundo capaz de hacerlo-), no sé para qué pero lo leí. Este sujeto de bata blanca y gustos bisexuales decía que la comedia dependía de una dosis de realidad exagerada, sobredimensionada. En eso me recuerda a Marck Sennett que decía que una patada era graciosa; dos o tres, no; pero un millón de patadas eran muy graciosas.
Entonces, basándome en esa idea de la hipérbole, de la exageración como idea del humor, retomo la frase de mi hijo:
«Fui criado en los noventas… o sea que mis papás están separados»
Y en un intento muy a lo Derrida y su diferancie, deconstruyo la frase; tomo primero la parte real:
«Fui criado en los noventas… o sea que mis papás están separados»
y luego la exageración:
No, evidentemente esa idea no me sirve porque él (mi hijo) fue criado en los noventas y sus padres están separados. Sin embargo lo escucho en el escenario y, cuando la dice, la gente se ríe.
Intento otra teoría, la idea de la identificación: mucha gente criada en los noventa tiene padres separados…
Sí, puede ser… pero… por qué causaría risa…
Pienso en la idea del cliché que choca con los estereotipos sociales y da risa porque es un lugar común y por ello asimilado pero es una deformación de lo deseado y en este espacio entre lo que la sociedad propone y la realidad dispone se encuentra una dicotomía que da risa… o no… qué sé yo, no entendí nada de lo que acabo de decir.
Sigo sin resolverlo, creo que tal vez deba analizar esa relación discursiva de causa-consecuencia que se establece entre la década del nacimiento y la separación de sus padres… relación que parece forzada pero a la vez se enuncia de manera lógica, casi como que inevitable: si naciste en los noventas tus padres están separados…
Luego supongo que sólo se ríen aquellos nacidos en los noventas cuyos padres se han separados… incluso pueden llegar a reírse sus padres… algún que otro amigo…
No comprendo quizás lo que deba comprender. Pienso en frases alternativas:
«Nací en los setenta por eso como aceitunas»
incluso pruebo algunas con objetivos más que humorísticos:
«Nací en el 71 vení que te… uno». No, el lujo es vulgaridad, dijo…
El humor es inaprensible y sin embargo está ahí… tan cerca.
Mi hijo es genial y divertido pero sigo pensando en su cartel y en su frase. Mi psicólogo dice que es la grieta generacional… cuando no me está diciendo que soy un pésimo padre y que mi tendencia obsesiva no tiene ningún beneficio respecto a la relación vincular con otros seres de la especie humana... especie a la que posiblemente yo no pertenezca…
Yo le respondo que no se meta en mis asunto luego de acomodar todos los billetes con los que le pago ordenados por valor y orden de número de billete.

Otro tema que quizás deba ponerme a pensar es ¿por qué le doy plata a alguien que habla mal de mí? Pero ese es otro dilema.

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