lunes, 27 de junio de 2016

Hoy todos hablan de fútbol

Siempre les digo a mis alumnos, cuando doy tragedia griega, que el fútbol es una tragedia; en ellas el “mejor” de los hombres comete el “peor” de los pecados y por ello es castigado por todos; y purgan, con su acción, la culpa de todos.
El “mejor” de los jugadores erra un penal y bueno…
Como en todo tema de controversia social, los análisis son sesgados y maniqueos. Sería interesante analizar bien el tema… pero no lo voy a hacer porque hoy tuve un día complicado.
Sí propongo una serie de ítems o puntos a tener en cuenta.
Están los “en contra de la selección” que a esta altura quieren echar a patadas a todos y si los encuentran en la calle los agarran a trompadas. Por otro lado están los “a favor de la selección” que son capaces de defender lo indefendible con los argumentos más patrioteros del mundo.
1) Los jugadores no son argentinos amateurs en un potrero, son profesionales que ganan millones por su trabajo y es lógico que uno espere que actúen en consecuencia con su profesionalismo. Si uno es mal operado por un médico no dice: “y pobre, pero lo hizo con ganas”
2) No hay tantas selecciones que hayan llegado tantas veces a ser subcampeones como para desmerecer serlo por un simple afán exitista de que si uno no es primero no es nada. Un nueve es una buena nota aunque existan los dieces.
3) Un juego de equipos no puede armarse de individualidades. Si pongo al mejor arquitecto junto al mejor ingeniero pero ambos tienen conceptos distintos no voy a lograr un buen edificio.
4) No se puede cargar toda la culpa o la responsabilidad sobre un jugador cuando el juego es en equipo. Yo puedo contratar al mejor jugador de la NBA pero si lo pongo a jugar con mis amigos y pretendo que entre todos ganemos el mundial de básquet, temo que nos va a ir para el culo, obvio que no llegaremos a subcampeones ni drogando al resto de los equipos.
5) No necesito ser médico para criticar e incluso hacerle un juicio a un médico por mala praxis; de igual manera no necesito haber ganado mundiales para decir que no jugaron como sus sueldos lo indican.
6) Qué no me alcance el sueldo es importante, que no gane la selección es emocional pero no importante.
Se podría decir mucho más pero estoy podrido. Si estás mal, está bien que estés mal. Si querés putear o declararles tu amor incondicional, también está bien. Se les paga mucho (muchísimo) por eso, por representar emociones.
Si quieren insultarse entre ustedes, también está bien; la pasión siempre tiene que ver con otro que se le opone. Pero hacer juicios valorativos como si estuvieran hablando de verdades… bueno, ahí se van al carajo.
Si quieren analizar la situación esperen a que la emoción haya pasado, obtengan estadísticas y rendimientos, comparen con otros equipos y jugadores, no parcialicen, no quemen ni apañen.

Es fútbol, amo el fútbol, lloro con el fútbol, puteo con el fútbol, me enamoro del fútbol… y al día siguiente me voy a mi trabajo porque sé que el fútbol es importante pero es como un libro, una ficción que me permite vivenciar batallas épicas que nunca han de realizarse y continuar mi vida mediocre.














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