domingo, 8 de enero de 2017

Inútil pensamiento de domingo con lluvia

Es increíble las cantidades de boludeces que publica la gente en internet cuando tiene tiempo libre… Podría desarticular algún discurso de esos neonazis que escribieron sobre delincuencia y minoridad en estos días… pero es demasiado fácil y, si pensás así, ya no tenés salvación. Voy, en cambio, a leer un cartel que algunos defensores de la pirotecnia han publicado pensando que era divertido y tiene, de por sí, connotaciones homofóbicas, chauvinistas y fascistas. Lo bueno de este cartel es que pone en evidencia la intolerancia y la homofobia de muchos que lo defienden.
El afiche es el siguiente:


Y su estructura compositiva es bastante simple, como todos los discursos persuasivos que funcionan con las mayorías. El cartel se estructura de izquierda a derecha, siguiendo el orden de lectura, lo deseable a la izquierda para enfrentarlo a lo indeseable a la derecha, para leer al final. Si el que hizo el cartel hubiera manejado mejor el discurso hubiera empleado una conexión adversativa y hubiera puesto lo deseable al final desarticulando los méritos de lo actual, pero bueno, el que lo hizo sólo fue capaz de hacer esto.
La conexión es temporal, basada en un prejuicio arcano de que “todo lo pasado fue mejor” y lo actual es una mierda. No hace falta leer a Manrique (S. XV) para darnos cuenta de la estupidez que esta visión implica. Pero supongamos, en un gesto de generosidad intelectual que algún argumento encierra cierta validez.
La imágenes que se contraponen son dos perros: el primero, el ideal, el deseable, es un perro de guerra que viene con el conquistador a masacrar los pueblos originarios. El segundo, el indeseable, es un perro que porta la bandera del orgullo gay. Nótese la homofobia de esta selección de imágenes. El perro que mata, que viene con el asesino de culturas, que apoya el orden opresor, es el perro bueno; el perro que se enfrenta a las autoridades, que establece una lucha mucho más difícil para tratar de revertir el orden social estando en desigualdad de condiciones, es el malo.
Las imágenes y la conexión temporal se refuerza por los adverbio: “Antes” y “Hoy” debajo de cada imagen.
Pero ¿dónde termina de desbarrancar el autor de este insulto a la inteligencia? En el texto que acompaña cada imagen.
El perro bueno es un perro “conquistador”, con todas las plurisignificancias colonialistas y machistas que quieran implicar, “tiene armadura” o sea, un perro “macho” que como todo “macho” sabe pelear y golpear, porque los machos dentro de ese imago de mierda, golpean, pegan, no se acobardan en cambio el otro es un perro “mariquita”, “maricón” con “tutú de colores” todo un insulto a la imagen de macho. Y esta idea se refuerza con una antinomia cultural: “pelea contra caníbales” que retoma el enfrentamiento arcano de “civilización y barbarie”, nada que decir para quien no entiende lo que digo.
Todo se explica en el último enunciado, pues ¿qué cosmovisión ve el mundo de una manera tan sesgada, machista, homofóbica, intolerante? Claro, cómo no darnos cuenta antes, el perro era “católico”.
Salgamos a matar todos los maricas, hagamos machos nuestros hijos a los golpes y ojalá volvamos a una moral como la de antes… ¿pensás eso? ¿a no? Bueno, entonces ahora que tenés más tiempo dejá de publicar tanta cosa que te llega y úsalo para pensar más.
O hacete cargo de lo que pensás y salí a matar putos y volvé a tu pasado idílico de represión.

Pero es sólo un pensamiento inútil de domingo, no me des bola y seguí publicando boludeces que no pasa nada, total el cerebro ya te lo lavaron.






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