
Nosotros tratamos de explicarle que los señores Y que no se esforzaban más, así tan más como él quería de mases era porque no recibían nada a cambio de ese esfuerzo tan más como el que él recibe y el señor X nos habló del esfuerzo y de los riesgos de ser X y no Y y de la vida más cómoda que tienen los Y de no ser X y nosotros nos reímos porque el planteo me recordaba la estructura de los cuentos medievales explicando el sufrimiento del rey y la alegría del pueblo muerto de hambre pero no pudimos decirle nada al señor X porque se fue enojado con nosotros...
Ahora que lo pensamos, no recordamos haber visto al señor X trabajando o ayudando gratuitamente en los negocios de otro, es más, es muy complejo negociar con el señor X porque no es de valorar mucho el trabajo de los otros X que no son tan X como él.
En definitiva el señor X se quedó enojado con el señor Y que no quería trabajar de más para que el señor X recibiera más ganancias y se quedó enojado con nosotros porque no entendemos el espíritu de sacrificio ni el esfuerzo laboral que rige su vida.
Y colorín colorado, el señor X comió perdices en escabeche que eran de él y no convidó ni al señor Y ni a nosotros porque nos faltaba espíritu de sacrificio y a él generosidad.
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