lunes, 19 de agosto de 2013

Un cuento de hadas vectorial

     Había una vez, un señor X, muy trabajador el señor X, de quedarse más horas de lo necesario y de privarse de vacaciones y de no ir a dormir temprano y de preocuparse todos los días y dueño de la tierra o el negocio o lo que sea que tiene y que cuando trabaja de más, cosa que le gusta mucho hacer al señor X, su empresa produce más para su dueño, o sea él mismo, porque ya dijimos que el señor X es el dueño y su esfuerzo se ve inmediatamente retribuido por un valor agregado a su esfuerzo, etcéteras muchos porque "y todo lo demás" son muchos "y todos los demases" que el señor X podría dar de ejemplo para manifestar su incondicional esfuerzo laboral y espíritu de sacrificio (para beneficio propio, claro está); y ese señor X, como veníamos diciendo nos dijo que le dijo a un señor Y que era un vago porque no hacía todo los esfuerzos de los que ya hablamos que hacía el señor X y luego nos dijo "podés creer" y nosotros le dijimos "sí" y él dijo "ya vas a salir vos a defender esos vagos" (creo hacía referencia a Y considerado como un grupo y ese grupo en realidad son todos los que no son dueños...)
     Nosotros tratamos de explicarle que los señores Y que no se esforzaban más, así tan más como él quería de mases era porque no recibían nada a cambio de ese esfuerzo tan más como el que él recibe y el señor X nos habló del esfuerzo y de los riesgos de ser X y no Y y de la vida más cómoda que tienen los Y de no ser X y nosotros nos reímos porque el planteo me recordaba la estructura de los cuentos medievales explicando el sufrimiento del rey y la alegría del pueblo muerto de hambre pero no pudimos decirle nada al señor X porque se fue enojado con nosotros...
Ahora que lo pensamos, no recordamos haber visto al señor X trabajando o ayudando gratuitamente en los negocios de otro, es más, es muy complejo negociar con el señor X porque no es de valorar mucho el trabajo de los otros X que no son tan X como él.
     En definitiva el señor X se quedó enojado con el señor Y que no quería trabajar de más para que el señor X recibiera más ganancias y se quedó enojado con nosotros porque no entendemos el espíritu de sacrificio ni el esfuerzo laboral que rige su vida.
Y colorín colorado, el señor X comió perdices en escabeche que eran de él y no convidó ni al señor Y ni a nosotros porque nos faltaba espíritu de sacrificio y a él generosidad.

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