martes, 16 de diciembre de 2014

Ficción

- Entonces me mentiste - le reprocha ella.
- No.
     Piensa en explicarle que una mentira es un enunciado que va en contra de lo que se sabe o de lo que se piensa; que en cierta medida lo contradice. Y definitivamente, lo que él hizo no fue mentir.
- No fue una mentira, fue una ficción. - corrige tranquilamente.
- Vos y tu puto lenguaje... es lo mismo, decilo como quieras; pero me engañaste... - entre sollozos.
- Sí, te engañé. - Piensa en explicarle la diferencia entre ficción y mentira. La ficción no tergiversa la realidad; crea una realidad distinta. Obvio que para crear esa realidad emplea elementos de la realidad contingente pero no la contradice. Es una realidad paralela, más cómoda, más interesante, nada más que eso.
     Todo eso pensó, pero no dijo nada. Ella se fue llorando, conforme con la ficción que había fabricado de esa relación, distinta a la que había fabricado él aunque menos conscientemente.
- Sos un mentiroso. - se escuchó el último portazo.
- Soy un creador. - pensó él.
     Se quedó un rato quieto como para capturar el momento que sin dudas sería repetible. Debía estudiar, mañana tendría el examen y bajó la cabeza hacia el libro para tratar de comprender a esos estructuralistas rusos que hablaban de la literatura tan en difícil...

1 comentario:

  1. ¨Yo le quería decir la verdad, por amarga que fuera...
    contarle que el universo era más ancho que sus caderas,
    le dibujaba un mundo real, no uno color de rosas,
    ¡pero ella prefería escuchar mentiras piadosas! ¨

    (Ésto, para encajar perfecto, tendría que ser de autoría saussuriana, pero no, no, no..., es de Joaquín Sabina ;)

    ¡ Pardon, Ferdinand...! ;)
    Besos.

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