Me siento frente a la PC y pienso una frase:
"El que más corrige siempre es el que menos sabe"
Me gusta la frase, me parece verdadera y tiene ese efecto del aforismo que, aunque viaja en la superficialidad, suena profundo.
Voy a escribirlo pero me detengo.
Soy docente y paso corrigiendo muchas horas de mi vida entonces creo que la frase me perjudica. Aquieto mis dedos sobre las teclas. Miro hacia arriba a ningún lugar, simplemente porque me ayuda a pensar.
Finalmente escribo:
"El inteligente saber callar lo que no le conviene".
Después de publicarlo me doy cuenta que más sabio hubiera sido no publicarlo.
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